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3 - ANA DELGADO. Jarrón con flores. Ref. 143092

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 65 x 46 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Nacida en Pilas (Sevilla) en 1948 y vecina de la capital sevillana. Tras cursar estudios de Esteticismo, Cosmética y Decoración, ejerce como esteticista en reconocidas firmas como Balenciaga, Givenchy, Germany-Monteil y El Corte Inglés. No obstante, siempre simultaneó el ejercicio de su profesión con su gran afición por la pintura. Su formación como pintora es, pues, autodidacta, complementada posteriormente en distintos estudios de reconocidos pintores sevillanos como José Luis Pajuelo, Luis Montes, Martín Iglesias, José Luis Castrillo, Paco Broca y Pablo Lanuza. Siempre ha sentido una gran predilección por los grandes maestros impresionistas como Sorolla, Monet y Van Gogh, de un clásico como Velázquez y de un modernista como Picasso. Su técnica pictórica más habitual es la pintura al óleo, dando muestras de una gran habilidad y fluidez en el manejo de la espátula, transmitiendo una inconfundible soltura y espontaneidad a su obra. Frescura, sensibilidad, colorido y fuerza expresiva se mezclan impregnando los sentidos. Dentro de su temática destacan los parques y jardines, patios andaluces, flores entre las que destacan sus inconfundibles rosas , fuentes, paisajes naturales, y el retrato. Ha encontrado siempre la inspiración para expresarse sobre el lienzo en lugares que irradian fragancias, luz y colorido como el Parque de María Luisa, los Reales Alcázares de Sevilla, las orillas del Guadalquivir o las marismas de Doñana.
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Sale price

600 €

Consult

3 - ANA DELGADO. Jarrón con flores. Ref. 143092

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 65 x 46 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Nacida en Pilas (Sevilla) en 1948 y vecina de la capital sevillana. Tras cursar estudios de Esteticismo, Cosmética y Decoración, ejerce como esteticista en reconocidas firmas como Balenciaga, Givenchy, Germany-Monteil y El Corte Inglés. No obstante, siempre simultaneó el ejercicio de su profesión con su gran afición por la pintura. Su formación como pintora es, pues, autodidacta, complementada posteriormente en distintos estudios de reconocidos pintores sevillanos como José Luis Pajuelo, Luis Montes, Martín Iglesias, José Luis Castrillo, Paco Broca y Pablo Lanuza. Siempre ha sentido una gran predilección por los grandes maestros impresionistas como Sorolla, Monet y Van Gogh, de un clásico como Velázquez y de un modernista como Picasso. Su técnica pictórica más habitual es la pintura al óleo, dando muestras de una gran habilidad y fluidez en el manejo de la espátula, transmitiendo una inconfundible soltura y espontaneidad a su obra. Frescura, sensibilidad, colorido y fuerza expresiva se mezclan impregnando los sentidos. Dentro de su temática destacan los parques y jardines, patios andaluces, flores entre las que destacan sus inconfundibles rosas , fuentes, paisajes naturales, y el retrato. Ha encontrado siempre la inspiración para expresarse sobre el lienzo en lugares que irradian fragancias, luz y colorido como el Parque de María Luisa, los Reales Alcázares de Sevilla, las orillas del Guadalquivir o las marismas de Doñana.
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Sale price: 600 €

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6 - JESUS FERNANDEZ. Ref. 145546

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 50 x 18 cms.
Óleo sobre tabla
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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Sale price

250 €

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6 - JESUS FERNANDEZ. Ref. 145546

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 50 x 18 cms.
Óleo sobre tabla
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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Sale price: 250 €

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16 - JESUS FERNANDEZ : Macetas 145104

OBRA ORIGINAL. Perfectamente enmarcada y lista para colgar. CERTIFICADO
Estado del lote: Muy bueno
Marco en madera decorada.
Médidas sin marco: 50 x 18
Ref.145104
 
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento de la Agencia de Transporte.
 
 
Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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16 - JESUS FERNANDEZ : Macetas 145104

OBRA ORIGINAL. Perfectamente enmarcada y lista para colgar. CERTIFICADO
Estado del lote: Muy bueno
Marco en madera decorada.
Médidas sin marco: 50 x 18
Ref.145104
 
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento de la Agencia de Transporte.
 
 
Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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18 - MONTSE ARAENZ. Niños jugando. Ref. 129771

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 60 x 30 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Montse Araez. Afincada en Alicante, se formó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Valencia. Ha expuesto en Mallorca, Málaga, Madrid, Alicante, Almansa, Los alcázares, Murcia, Palma de Mallorca, Santiago de Compostela, Barcelona, Oporto, Lisboa..... En sus lienzos vibra la luz mediterránea bajo el cielo levantino y hasta parece que arrullan cantarinas brisas como en la que expende la fáustica policromia floral y adquiere vivencias perdurables. Nacida de una familia de artistas, Montse tuvo el mejor maestro: su padre, del que aprendió a mezclar los colores y saber trasladar al lienzo todo lo que ve. Por que la pintura de Montse es la vida misma, vista a traves de sus jóvenes ojos, bajo el calido sol del Mediterráneo. Sabe manifestar a través de su obra, de rico colorido y perfecto dibujo, la mejor tradición de la pintura levantina. Cada lienzo es un acorde de color, sonido, de exquisitas modulaciones cromáticas sin la menor destemplanza. Más que la mente, interviene estos oleos el corazón. De ahí que su aparente sosiego se percibe, a modo de misterioso susurro, los multiples desasosiegos de su mundo interior, hechas de tangibles con los pinceles. Un denominador común califica sus cuadros: La sinceridad, que no es mala compañía cuando va unida a la perspicacia. Ver para saber.
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250 €

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18 - MONTSE ARAENZ. Niños jugando. Ref. 129771

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 60 x 30 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Montse Araez. Afincada en Alicante, se formó en la Escuela Superior de Bellas Artes de Valencia. Ha expuesto en Mallorca, Málaga, Madrid, Alicante, Almansa, Los alcázares, Murcia, Palma de Mallorca, Santiago de Compostela, Barcelona, Oporto, Lisboa..... En sus lienzos vibra la luz mediterránea bajo el cielo levantino y hasta parece que arrullan cantarinas brisas como en la que expende la fáustica policromia floral y adquiere vivencias perdurables. Nacida de una familia de artistas, Montse tuvo el mejor maestro: su padre, del que aprendió a mezclar los colores y saber trasladar al lienzo todo lo que ve. Por que la pintura de Montse es la vida misma, vista a traves de sus jóvenes ojos, bajo el calido sol del Mediterráneo. Sabe manifestar a través de su obra, de rico colorido y perfecto dibujo, la mejor tradición de la pintura levantina. Cada lienzo es un acorde de color, sonido, de exquisitas modulaciones cromáticas sin la menor destemplanza. Más que la mente, interviene estos oleos el corazón. De ahí que su aparente sosiego se percibe, a modo de misterioso susurro, los multiples desasosiegos de su mundo interior, hechas de tangibles con los pinceles. Un denominador común califica sus cuadros: La sinceridad, que no es mala compañía cuando va unida a la perspicacia. Ver para saber.
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Sale price: 250 €

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20 - PIERRE CHIFLET : Veneciano 145271

Pierre Chiflet - Veneciano
Óleo sobre lienzo - Firmado a mano - 2018
Obra certificada y lista para colgar.
Medidas: Sin marco 27 x 22.
Marco en madera decorado.
Excelente obra del gran pintor, impresionista, donde se aprecia una bonita escena parisina..
Magnifico estado.

Pintor, escultor.....artista, por que bien nos dice que en las cosas que nos rodean se reflejan nuestra manera de vivir y nuestra alegría” (hay una búsqueda de ambas en toda su pintura). Las cosas para él son como nosotros las vemos en sus cuadros (un ritual con encanto), reflejan el paso del tiempo, nuestra propia finitud. Tal vez en las cosas que nos rodean, en nuestros paisajes y nuestros pueblos pretenda expresar esa secreta necesidad esa inquietud constante de reflejar bajo los efectos del impresionismo sus raíces y su técnica
Un pintor nunca termina su lección, siempre aprende de la vida y disfruta de ésta de lo que le ofrece, bien dice él que vive apartado del mundo pero lleno de él; “pinto mi mundo, los paisajes de mi tierra, los encantos mediterráneos”. El impresionismo llena sus paisajes dándoles esa luz y ese color que llenan la vida de quienes obtienen sus obras.

A diario componemos paisajes, vivimos con ellos y, ese resplandor de color y luminosidad, reflejo vivo de la luz que transmite, hace que su pintura revele armonía y alegría, en sus obras bajo ese sol de primavera, brillan campos y paisajes, te vas acercando a esos pueblos de luz y color mediterráneo.... y notas como el rito comienza.

“Mientras escribo estas líneas voy recordando como fui conociendo, descubriendo, al artista que compone este catálogo. Colores y olores a la trementina inundad mis sentidos. Sentidos colmados en la contemplación del trabajo bien hecho, con oficio”

Juan Romera Mollá
Decano Comisario. Facultad de Bellas Artes.




Embalaje profesional.
Para el envío a las Islas Canarias, e islas italianas, se cobrará, un suplemento por gastos de expedición, que es de 25 €.
 
 
 
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120 €

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20 - PIERRE CHIFLET : Veneciano 145271

Pierre Chiflet - Veneciano
Óleo sobre lienzo - Firmado a mano - 2018
Obra certificada y lista para colgar.
Medidas: Sin marco 27 x 22.
Marco en madera decorado.
Excelente obra del gran pintor, impresionista, donde se aprecia una bonita escena parisina..
Magnifico estado.

Pintor, escultor.....artista, por que bien nos dice que en las cosas que nos rodean se reflejan nuestra manera de vivir y nuestra alegría” (hay una búsqueda de ambas en toda su pintura). Las cosas para él son como nosotros las vemos en sus cuadros (un ritual con encanto), reflejan el paso del tiempo, nuestra propia finitud. Tal vez en las cosas que nos rodean, en nuestros paisajes y nuestros pueblos pretenda expresar esa secreta necesidad esa inquietud constante de reflejar bajo los efectos del impresionismo sus raíces y su técnica
Un pintor nunca termina su lección, siempre aprende de la vida y disfruta de ésta de lo que le ofrece, bien dice él que vive apartado del mundo pero lleno de él; “pinto mi mundo, los paisajes de mi tierra, los encantos mediterráneos”. El impresionismo llena sus paisajes dándoles esa luz y ese color que llenan la vida de quienes obtienen sus obras.

A diario componemos paisajes, vivimos con ellos y, ese resplandor de color y luminosidad, reflejo vivo de la luz que transmite, hace que su pintura revele armonía y alegría, en sus obras bajo ese sol de primavera, brillan campos y paisajes, te vas acercando a esos pueblos de luz y color mediterráneo.... y notas como el rito comienza.

“Mientras escribo estas líneas voy recordando como fui conociendo, descubriendo, al artista que compone este catálogo. Colores y olores a la trementina inundad mis sentidos. Sentidos colmados en la contemplación del trabajo bien hecho, con oficio”

Juan Romera Mollá
Decano Comisario. Facultad de Bellas Artes.




Embalaje profesional.
Para el envío a las Islas Canarias, e islas italianas, se cobrará, un suplemento por gastos de expedición, que es de 25 €.
 
 
 
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Sale price: 120 €

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25 - MANUEL FERNANDEZ 145644

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 25 x 32 cms.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
MANUEL FERNANDEZ GARCIA
 
Manuel Fernández García, pintor costumbrista Español, nacido en la calle Bogas del barrio de San Felipe, el 29 de diciembre de 1927. Los temas de sus cuadros son de estilo costumbrista con temas de pueblos y paisajes campesinos de España. En sus primeros recuerdos están su única hermana, Dolores, y sus padres. En 1922 el padre había abierto una tienda de tejidos en un inmueble adosado a la Puerta de Sevilla. Él se crio en la tienda, aunque de los vecinos de San Felipe se acuerda con cariño, como si fueran parte de su familia. Su bisabuelo paterno fue un pintor decimonónico de temas religiosos, aunque se le conoce un paisaje de desierto en un cuadro sobre Los Reyes Magos. Firmaba sus obras con el apellido Pérez. Tuvo un hijo que también fue pintor y firmaba Pérez Hurtado. Entre estos ascendientes artistas hay otro pintor en la familia, llamado Juan de la Cruz, que murió en el manicomio de Sevilla, donde al parecer había cuadros de él. En el colegio del convento de las dominicas de Madre de Dios dibujaba. Sus compañeros de párvulos le servían de modelos. Dibujaba a los niños cuando los castigaban a estar de rodillas o contra la pared. Es el recuerdo más remoto del artista con la pintura. Empezó el bachillerato como alumno interno en el colegio de San Hermenegildo de Dos Hermanas, que regían los terciarios capuchinos, aunque no llegó a terminarlo ya que le hizo falta a su padre en la tienda. En San Hermenegildo, entre las asignaturas que se impartían estaban el dibujo artístico y el dibujo técnico. El tiralíneas no le gustaba; dibujar tuercas, tornillos o pernos, no era lo suyo. El almacén de la tienda de su padre, situado en la parte superior, se convirtió en el lugar donde José Arpa Perea guardaba sus caballetes, lienzos, óleos, pinceles y otros enseres. Allí trabajaba todos los días menos los domingos este conocido pintor de la época. Uno de éstos, Manuel, sin licencia de aquél, cogió algunos tubos de óleo y una tablita que había quedado preparada y sobre ella pintó un cuadrito desde su azotea de la Torre de San Felipe. Así realizó su primera pintura al óleo. A Arpa le gustó, y no tuvo que reprocharle nada por su atrevimiento, sino todo lo contrario. Manuel salió una infinidad de veces con Arpa a pintar, porque entonces se pintaba todo del natural, unas veces buscando vistas de la vega o desde ésta de los escarpes del alcor, y otras buscando patios o plazuelas. Poco tiempo después no tuvo inconveniente el padre de Manuel para que el almacén, que estaba vacío de géneros en aquellos años cuarenta de escasez y posguerra, sirviera como primer estudio del hijo, durante muchas temporadas compartido con Arpa. Como don José y Manuel pasaban mucho tiempo juntos, Rafael, el farmacéutico, les decía: «ya vienen el maestro y el discípulo» y Arpa, que tenía 90 años, contestaba: «No, no; somos amigos». El discípulo recuerda que el maestro le daba muchos consejos. Cuando ponía a su vista algún trabajo él nunca decía «Esto no es así», sino «Yo lo hubiera interpretado de esta forma». Lo evoca como un ser estupendo, generoso y muy ameno que le obligaba, le corregía sin dejar de ser grato lo que provocaba en Manuel que creciera su entusiasmo por la percepción pictórica de la realidad de José Arpa, por esa concreta mirada del mundo: una tradición plástica a la que Manuel Fernández García se anudó de manera sencillamente natural y que ha continuado con una obra que en calidad y cantidad le acredita como legatario cimero y leal, y como representante indiscutible, del paisajismo andaluz desde el último tercio del siglo XIX. A lo largo de toda su larga vida no ha tenido necesidad de salir mucho de Carmona, y aunque en el estudio de su centenaria casa haya sido donde ha aplicado su colorido y ejecutado sus cuadros sobre su ciudad y sobre cualquier otro paisaje, donde también ha dado vida a los pueblos blancos de la sierra gaditana, a Cádiz, a Jerez de la Frontera, a Sanlúcar de Barrameda… Su obra está repartida por toda España y por otros países como Alemania, Méjico, Estados Unidos o Japón. El pintor guarda una intensa memoria de su relación pictórica con Grazalema, representada en multitud de sus obras. También los rincones de los paisajes rondeños o los pueblecitos de la Alpujarra han sido llevados a sus lienzos, tablas o papeles, al óleo o a la acuarela. Nunca ha viajado al extranjero por razón de la pintura, aunque en los viajes que ha hecho dedicara gran parte del tiempo a visitar museos. En Venecia quedó cautivado por la belleza de la ciudad y hechizado por los palacios y los canales, por San Marcos y por La Academia. A su regreso empezó a pintar cuadros sobre la Serenísima para una exposición que nunca pudo inaugurarse porque los visitantes del taller que iban descubriéndolos los adquirían. Lo ha vendido todo porque ha tenido muchos clientes. Jamás ha organizado una exposición y siempre los galeristas que han expuesto obras suyas, previamente le han comprado las pinturas.
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25 - MANUEL FERNANDEZ 145644

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 25 x 32 cms.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
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MANUEL FERNANDEZ GARCIA
 
Manuel Fernández García, pintor costumbrista Español, nacido en la calle Bogas del barrio de San Felipe, el 29 de diciembre de 1927. Los temas de sus cuadros son de estilo costumbrista con temas de pueblos y paisajes campesinos de España. En sus primeros recuerdos están su única hermana, Dolores, y sus padres. En 1922 el padre había abierto una tienda de tejidos en un inmueble adosado a la Puerta de Sevilla. Él se crio en la tienda, aunque de los vecinos de San Felipe se acuerda con cariño, como si fueran parte de su familia. Su bisabuelo paterno fue un pintor decimonónico de temas religiosos, aunque se le conoce un paisaje de desierto en un cuadro sobre Los Reyes Magos. Firmaba sus obras con el apellido Pérez. Tuvo un hijo que también fue pintor y firmaba Pérez Hurtado. Entre estos ascendientes artistas hay otro pintor en la familia, llamado Juan de la Cruz, que murió en el manicomio de Sevilla, donde al parecer había cuadros de él. En el colegio del convento de las dominicas de Madre de Dios dibujaba. Sus compañeros de párvulos le servían de modelos. Dibujaba a los niños cuando los castigaban a estar de rodillas o contra la pared. Es el recuerdo más remoto del artista con la pintura. Empezó el bachillerato como alumno interno en el colegio de San Hermenegildo de Dos Hermanas, que regían los terciarios capuchinos, aunque no llegó a terminarlo ya que le hizo falta a su padre en la tienda. En San Hermenegildo, entre las asignaturas que se impartían estaban el dibujo artístico y el dibujo técnico. El tiralíneas no le gustaba; dibujar tuercas, tornillos o pernos, no era lo suyo. El almacén de la tienda de su padre, situado en la parte superior, se convirtió en el lugar donde José Arpa Perea guardaba sus caballetes, lienzos, óleos, pinceles y otros enseres. Allí trabajaba todos los días menos los domingos este conocido pintor de la época. Uno de éstos, Manuel, sin licencia de aquél, cogió algunos tubos de óleo y una tablita que había quedado preparada y sobre ella pintó un cuadrito desde su azotea de la Torre de San Felipe. Así realizó su primera pintura al óleo. A Arpa le gustó, y no tuvo que reprocharle nada por su atrevimiento, sino todo lo contrario. Manuel salió una infinidad de veces con Arpa a pintar, porque entonces se pintaba todo del natural, unas veces buscando vistas de la vega o desde ésta de los escarpes del alcor, y otras buscando patios o plazuelas. Poco tiempo después no tuvo inconveniente el padre de Manuel para que el almacén, que estaba vacío de géneros en aquellos años cuarenta de escasez y posguerra, sirviera como primer estudio del hijo, durante muchas temporadas compartido con Arpa. Como don José y Manuel pasaban mucho tiempo juntos, Rafael, el farmacéutico, les decía: «ya vienen el maestro y el discípulo» y Arpa, que tenía 90 años, contestaba: «No, no; somos amigos». El discípulo recuerda que el maestro le daba muchos consejos. Cuando ponía a su vista algún trabajo él nunca decía «Esto no es así», sino «Yo lo hubiera interpretado de esta forma». Lo evoca como un ser estupendo, generoso y muy ameno que le obligaba, le corregía sin dejar de ser grato lo que provocaba en Manuel que creciera su entusiasmo por la percepción pictórica de la realidad de José Arpa, por esa concreta mirada del mundo: una tradición plástica a la que Manuel Fernández García se anudó de manera sencillamente natural y que ha continuado con una obra que en calidad y cantidad le acredita como legatario cimero y leal, y como representante indiscutible, del paisajismo andaluz desde el último tercio del siglo XIX. A lo largo de toda su larga vida no ha tenido necesidad de salir mucho de Carmona, y aunque en el estudio de su centenaria casa haya sido donde ha aplicado su colorido y ejecutado sus cuadros sobre su ciudad y sobre cualquier otro paisaje, donde también ha dado vida a los pueblos blancos de la sierra gaditana, a Cádiz, a Jerez de la Frontera, a Sanlúcar de Barrameda… Su obra está repartida por toda España y por otros países como Alemania, Méjico, Estados Unidos o Japón. El pintor guarda una intensa memoria de su relación pictórica con Grazalema, representada en multitud de sus obras. También los rincones de los paisajes rondeños o los pueblecitos de la Alpujarra han sido llevados a sus lienzos, tablas o papeles, al óleo o a la acuarela. Nunca ha viajado al extranjero por razón de la pintura, aunque en los viajes que ha hecho dedicara gran parte del tiempo a visitar museos. En Venecia quedó cautivado por la belleza de la ciudad y hechizado por los palacios y los canales, por San Marcos y por La Academia. A su regreso empezó a pintar cuadros sobre la Serenísima para una exposición que nunca pudo inaugurarse porque los visitantes del taller que iban descubriéndolos los adquirían. Lo ha vendido todo porque ha tenido muchos clientes. Jamás ha organizado una exposición y siempre los galeristas que han expuesto obras suyas, previamente le han comprado las pinturas.
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26 - JESUS FERNANDEZ. Rincón de flores. Ref. 143328

Obra con CERTIFICADO DE GARANTIA y lista para colgar.
Medidas sin marco 81 x 60 cms. Oleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
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JESUS FERNANDEZ
 
Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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999 €

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JESUS FERNANDEZ
 
Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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27 - JOSE LOPEZ CANITO. Escena taurina. Ref. 144468

Obra con CERTIFICADO DE GARANTIA y lista para colgar.
Medidas sin marco 65 x 50 cms. Acrílico sobre cartulina.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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JOSE LOPEZ CANITO.
 
Pintor taurino nacido en Madrid, en el barrio de las Ventas en 1942. Creador de numerosos carteles en España, México, Venezuela, y Ecuador. Autor de numerosos calendario taurinos e ilustrador con su arte de revistas como “El Ruedo” y “El Taurino gráfico”. Ha presentado mas de 60 exposiciones individuales tanto en España como en Estados Unidos, Colombia, etc.... y distinguido con diferentes premios y condecoraciones. Sus obras se encuentran presentes en museos de todo el mundo y de forma especial en los museos taurinos de Ronda y Valencia. Pintor taurino por excelencia, en sus cuadros conjugan rotundamente la composición, la forma y el color. La fiesta brava adquiere en sus obras nuevas dimensiones, eminentemente dinámicas, de acendrado nacionalismo, o lo que es lo mismo, hondamente universal. Del pincel de López Canito fluyen las sustancias del ambiente taurino, del coso multicolor, de la capa, muleta y espada. En el se cumple la realización de la obra estética, que es poesia pura, La musica es poesia sin palabras. La arquitectura es poesia dada en las tres dimensiones, y nada es mas esencialmente poético que la plastica, donde juegan donosamente, bajo el signo de Dyónisos y de Apolo, el color y la forma. Desde luego, el poder de creación del hombre, que le otorga jerarquía divina, nace en su mundo sensible, en el espíritu de su raza, en el sentido oculto y mágico de su historia. Logra la universalidad, el humanismo cabal y definitivo, que solo puede existir en el arte.
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149 €

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27 - JOSE LOPEZ CANITO. Escena taurina. Ref. 144468

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JOSE LOPEZ CANITO.
 
Pintor taurino nacido en Madrid, en el barrio de las Ventas en 1942. Creador de numerosos carteles en España, México, Venezuela, y Ecuador. Autor de numerosos calendario taurinos e ilustrador con su arte de revistas como “El Ruedo” y “El Taurino gráfico”. Ha presentado mas de 60 exposiciones individuales tanto en España como en Estados Unidos, Colombia, etc.... y distinguido con diferentes premios y condecoraciones. Sus obras se encuentran presentes en museos de todo el mundo y de forma especial en los museos taurinos de Ronda y Valencia. Pintor taurino por excelencia, en sus cuadros conjugan rotundamente la composición, la forma y el color. La fiesta brava adquiere en sus obras nuevas dimensiones, eminentemente dinámicas, de acendrado nacionalismo, o lo que es lo mismo, hondamente universal. Del pincel de López Canito fluyen las sustancias del ambiente taurino, del coso multicolor, de la capa, muleta y espada. En el se cumple la realización de la obra estética, que es poesia pura, La musica es poesia sin palabras. La arquitectura es poesia dada en las tres dimensiones, y nada es mas esencialmente poético que la plastica, donde juegan donosamente, bajo el signo de Dyónisos y de Apolo, el color y la forma. Desde luego, el poder de creación del hombre, que le otorga jerarquía divina, nace en su mundo sensible, en el espíritu de su raza, en el sentido oculto y mágico de su historia. Logra la universalidad, el humanismo cabal y definitivo, que solo puede existir en el arte.
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34 - ANA DELGADO : BODEGON 144560

OBRA ORIGINAL. Perfectamente enmarcada y lista para colgar. CERTIFICADO
Estado del lote: Muy bueno
Marco en madera decorada.
Oleo sobre cartulina.
Médidas sin marco: 50x35 cms.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento de la Agencia de Transporte.
 
 
 
Nacida en Pilas (Sevilla) en 1948 y vecina de la capital sevillana. Tras cursar estudios de Esteticismo, Cosmética y Decoración, ejerce como esteticista en reconocidas firmas como Balenciaga, Givenchy, Germany-Monteil y El Corte Inglés. No obstante, siempre simultaneó el ejercicio de su profesión con su gran afición por la pintura. Su formación como pintora es, pues, autodidacta, complementada posteriormente en distintos estudios de reconocidos pintores sevillanos como José Luis Pajuelo, Luis Montes, Martín Iglesias, José Luis Castrillo, Paco Broca y Pablo Lanuza. Siempre ha sentido una gran predilección por los grandes maestros impresionistas como Sorolla, Monet y Van Gogh, de un clásico como Velázquez y de un modernista como Picasso. Su técnica pictórica más habitual es la pintura al óleo, dando muestras de una gran habilidad y fluidez en el manejo de la espátula, transmitiendo una inconfundible soltura y espontaneidad a su obra. Frescura, sensibilidad, colorido y fuerza expresiva se mezclan impregnando los sentidos. Dentro de su temática destacan los parques y jardines, patios andaluces, flores entre las que destacan sus inconfundibles rosas , fuentes, paisajes naturales, y el retrato. Ha encontrado siempre la inspiración para expresarse sobre el lienzo en lugares que irradian fragancias, luz y colorido como el Parque de María Luisa, los Reales Alcázares de Sevilla, las orillas del Guadalquivir o las marismas de Doñana.
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200 €

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34 - ANA DELGADO : BODEGON 144560

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Nacida en Pilas (Sevilla) en 1948 y vecina de la capital sevillana. Tras cursar estudios de Esteticismo, Cosmética y Decoración, ejerce como esteticista en reconocidas firmas como Balenciaga, Givenchy, Germany-Monteil y El Corte Inglés. No obstante, siempre simultaneó el ejercicio de su profesión con su gran afición por la pintura. Su formación como pintora es, pues, autodidacta, complementada posteriormente en distintos estudios de reconocidos pintores sevillanos como José Luis Pajuelo, Luis Montes, Martín Iglesias, José Luis Castrillo, Paco Broca y Pablo Lanuza. Siempre ha sentido una gran predilección por los grandes maestros impresionistas como Sorolla, Monet y Van Gogh, de un clásico como Velázquez y de un modernista como Picasso. Su técnica pictórica más habitual es la pintura al óleo, dando muestras de una gran habilidad y fluidez en el manejo de la espátula, transmitiendo una inconfundible soltura y espontaneidad a su obra. Frescura, sensibilidad, colorido y fuerza expresiva se mezclan impregnando los sentidos. Dentro de su temática destacan los parques y jardines, patios andaluces, flores entre las que destacan sus inconfundibles rosas , fuentes, paisajes naturales, y el retrato. Ha encontrado siempre la inspiración para expresarse sobre el lienzo en lugares que irradian fragancias, luz y colorido como el Parque de María Luisa, los Reales Alcázares de Sevilla, las orillas del Guadalquivir o las marismas de Doñana.
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35 - ANDRES RUEDA. Giverny. Ventana abierta. Ref. 145289

Obra con CERTIFICADO DE GARANTIA y lista para colgar.
Medidas sin marco 100 x 81 cms. Oleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
ANDRES RUEDA
 
Andrés Rueda nace en Piedrahita (Ávila) en 1956. Desde muy joven se siente profundamente atraído por la pintura impresionista y, desde pintor en las calles, se va abriendo camino hasta exponer en galerías como Galería Hanson (California), Galerie Lauswolf (Holanda), Hanson Gallery (Estados Unidos), Eboli (Madrid), Sala Braulio (Castellón), etc... Hasta llegar a una dimensión de ser reconocido como uno de los mejores pintores impresionistas de nuestra época. Su obra se encuentra distribuída por España, Alemania, Argentina, Francia, Luxemburgo y Londres entre grandes coleccionistas de arte. Cuando Renoir llegó a decir que el objeto de un cuadro consistía simplemente en decorar una pared y por eso era importante que los colores fueran importantes por sí mismos, no era sino el reconocimiento del carácter marcadamente hedonista de la pintura impresionista. No era sino encender el pincel en el lienzo de tantos ilustres pintores que nos han dado desde entonces la historia del arte y que emerge hasta nuestros días, llevado con una fidelaidad exquisita por Rueda. Antes bién, no se debería hablar de pintura impresionista sin que la memoria visite uno de los principales elementos suministrador de datos para este movimiento: la aparición de la cámara fotográfica y la influencia en su desarrollo. Desde la época de Renoir, Monet, Pizarro o Sisley, entre otros, hasta nuestros días el avance de las técnicas de la reproducción de imágenes ha sido vertiginosa y de las que han hecho uso todos los pintores hasta nuestros días, y como buen impresionista (en las más de las veces), neoimpresionista o posimpresionista en otras, Rueda consigue un uso magistral de las mismas. Con esto no quiero decir que Rueda no observe el paisaje, con sus colores, el momento de luz, más allá de las formas que subyacen sobre él, su luminosidad, los colores que rodean a los colores con su poder evocador (de sensaciones, viviendas y recuerdos), los contrastes o los objetos de naturaleza, no en su corporeidad, sino en la disolución cromática que provoca en ellos la luz, el sol y el aire, hasta llegar a encontrar en su obra algunos aspectos del puntillismo. La mirada de Rueda penetra en la naturaleza, en el paisaje urbano o agreste, las fotografías y, tras un elaborado proceso informático, los contornos se disuelven en medio de la niebla y de la pesada atmósfera que tan sensiblemente ha sabido captar, de tal suerte, que la cúpula de la catedral de San Marcos nunca ocuparía un lugar secundario en una pintura figurativa. Utilizando una pincelada decididamente suelta y rota, pone especial énfasis en los acentos de luz que se reflejan en el agua para captar el centelleo y los efectos de esa luz y, con un leve, pero poderoso velo unifica la escena. La destrucción de las formas las lleva a un sutil juego del agua con las nubes o las flores desparramadas de los jarrones o las mañanas de niebla, disgregando el perímetro de los objetos, en un lírico intento de llevar una fiesta de luz y de color (de colores puros con frecuencia). De ahí que en su pintura haya más de sentimiento que de academicismo y de ahí, también, que se encuentre siempre rodeado de poetas, porque su pintura es poesía misma.
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35 - ANDRES RUEDA. Giverny. Ventana abierta. Ref. 145289

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ANDRES RUEDA
 
Andrés Rueda nace en Piedrahita (Ávila) en 1956. Desde muy joven se siente profundamente atraído por la pintura impresionista y, desde pintor en las calles, se va abriendo camino hasta exponer en galerías como Galería Hanson (California), Galerie Lauswolf (Holanda), Hanson Gallery (Estados Unidos), Eboli (Madrid), Sala Braulio (Castellón), etc... Hasta llegar a una dimensión de ser reconocido como uno de los mejores pintores impresionistas de nuestra época. Su obra se encuentra distribuída por España, Alemania, Argentina, Francia, Luxemburgo y Londres entre grandes coleccionistas de arte. Cuando Renoir llegó a decir que el objeto de un cuadro consistía simplemente en decorar una pared y por eso era importante que los colores fueran importantes por sí mismos, no era sino el reconocimiento del carácter marcadamente hedonista de la pintura impresionista. No era sino encender el pincel en el lienzo de tantos ilustres pintores que nos han dado desde entonces la historia del arte y que emerge hasta nuestros días, llevado con una fidelaidad exquisita por Rueda. Antes bién, no se debería hablar de pintura impresionista sin que la memoria visite uno de los principales elementos suministrador de datos para este movimiento: la aparición de la cámara fotográfica y la influencia en su desarrollo. Desde la época de Renoir, Monet, Pizarro o Sisley, entre otros, hasta nuestros días el avance de las técnicas de la reproducción de imágenes ha sido vertiginosa y de las que han hecho uso todos los pintores hasta nuestros días, y como buen impresionista (en las más de las veces), neoimpresionista o posimpresionista en otras, Rueda consigue un uso magistral de las mismas. Con esto no quiero decir que Rueda no observe el paisaje, con sus colores, el momento de luz, más allá de las formas que subyacen sobre él, su luminosidad, los colores que rodean a los colores con su poder evocador (de sensaciones, viviendas y recuerdos), los contrastes o los objetos de naturaleza, no en su corporeidad, sino en la disolución cromática que provoca en ellos la luz, el sol y el aire, hasta llegar a encontrar en su obra algunos aspectos del puntillismo. La mirada de Rueda penetra en la naturaleza, en el paisaje urbano o agreste, las fotografías y, tras un elaborado proceso informático, los contornos se disuelven en medio de la niebla y de la pesada atmósfera que tan sensiblemente ha sabido captar, de tal suerte, que la cúpula de la catedral de San Marcos nunca ocuparía un lugar secundario en una pintura figurativa. Utilizando una pincelada decididamente suelta y rota, pone especial énfasis en los acentos de luz que se reflejan en el agua para captar el centelleo y los efectos de esa luz y, con un leve, pero poderoso velo unifica la escena. La destrucción de las formas las lleva a un sutil juego del agua con las nubes o las flores desparramadas de los jarrones o las mañanas de niebla, disgregando el perímetro de los objetos, en un lírico intento de llevar una fiesta de luz y de color (de colores puros con frecuencia). De ahí que en su pintura haya más de sentimiento que de academicismo y de ahí, también, que se encuentre siempre rodeado de poetas, porque su pintura es poesía misma.
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37 - ANTONIO DE CELA. Figuras impresionistas. Ref. 139958

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 81 x 65 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Pintor, escultor.....artista, por que bien nos dice Antonio de Cela “que en las cosas que nos rodean se reflejan nuestra manera de vivir y nuestra alegría” (hay una búsqueda de ambas en toda su pintura). Las cosas para él son como nosotros las vemos en sus cuadros (un ritual con encanto), reflejan el paso del tiempo, nuestra propia finitud. Tal vez en las cosas que nos rodean, en nuestros paisajes y nuestros pueblos Antonio de Cela pretenda expresar esa secreta necesidad esa inquietud constante de reflejar bajo los efectos del impresionismo sus raíces y su técnica. Un pintor nunca termina su lección, siempre aprende de la vida y disfruta de ésta de lo que le ofrece, bien dice él que vive apartado del mundo pero lleno de él; “pinto mi mundo, los paisajes de mi tierra, los encantos mediterráneos”. El impresionismo llena sus paisajes dándoles esa luz y ese color que llenan la vida de quienes obtienen sus obras. A diario componemos paisajes, vivimos con ellos y, ese resplandor de color y luminosidad, reflejo vivo de la luz que transmite Antonio de Cela, hace que su pintura revele armonía y alegría, en sus obras bajo ese sol de primavera, brillan campos y paisajes, te vas acercando a esos pueblos de luz y color mediterráneo.... y notas como el rito comienza.
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550 €

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37 - ANTONIO DE CELA. Figuras impresionistas. Ref. 139958

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 81 x 65 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
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Pintor, escultor.....artista, por que bien nos dice Antonio de Cela “que en las cosas que nos rodean se reflejan nuestra manera de vivir y nuestra alegría” (hay una búsqueda de ambas en toda su pintura). Las cosas para él son como nosotros las vemos en sus cuadros (un ritual con encanto), reflejan el paso del tiempo, nuestra propia finitud. Tal vez en las cosas que nos rodean, en nuestros paisajes y nuestros pueblos Antonio de Cela pretenda expresar esa secreta necesidad esa inquietud constante de reflejar bajo los efectos del impresionismo sus raíces y su técnica. Un pintor nunca termina su lección, siempre aprende de la vida y disfruta de ésta de lo que le ofrece, bien dice él que vive apartado del mundo pero lleno de él; “pinto mi mundo, los paisajes de mi tierra, los encantos mediterráneos”. El impresionismo llena sus paisajes dándoles esa luz y ese color que llenan la vida de quienes obtienen sus obras. A diario componemos paisajes, vivimos con ellos y, ese resplandor de color y luminosidad, reflejo vivo de la luz que transmite Antonio de Cela, hace que su pintura revele armonía y alegría, en sus obras bajo ese sol de primavera, brillan campos y paisajes, te vas acercando a esos pueblos de luz y color mediterráneo.... y notas como el rito comienza.
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38 - ENRIQUE PASTOR. Rejoneo. Ref. 143736

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 41 x 33 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
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Pintor autodidacta, con el privilegio de tener a un maestro cerca, su prpio padre igualmente ganado por la fiebre taurina y dedicado a esa misma expresión. Nacido en Madrid en 1953, desarrolla su personalidad pictórica a partid del año 1995, entrando de lleno a captar los secretos de las imágenes de la Fiesta, asombrando en estos momentos por la aceptación de la crítica y público en la última exposición de Barcelona. Con la atención siempre dispuesta a observar el toreo y con las ansias de plantear la composición a traves de la belleza más proxima y directa, Curro Romero, Rafael de Paula, César Rincón, Emilio Muñoz y El soro son algunos de lso modelso que inspiraron en algunos momento de la lidia sus obras más difundidas. Su riquísimo caudal recoge un presente histórico y estético conjuntamente; es decir, puede mostral el desarrollo del toreo con ejemplos tomados en visión directas en las plazas y campos ganaderos. Su técnica se preyecta principalmente a traves del acrílico, sin olvidar otros materiales como el pastel o la acuarela, los cuales han quedado a juicio de los organismos que han convocado importantes certámenes en una destacadísima consideración. Del año 1962 al 1968 convocado por la Plaza de Toros de Las Ventas, y así completa otras muchas distinciones en las diversas galerías en las que ha expuesto su obra. Más de quince exposiciones individuales definen su progreso continuo. Constancia y presencia con su divisa en los juegos de color, donde se barajan los dinamismos pictóricos del toreo, la razón y el modo de su pintura.
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400 €

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38 - ENRIQUE PASTOR. Rejoneo. Ref. 143736

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 41 x 33 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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Pintor autodidacta, con el privilegio de tener a un maestro cerca, su prpio padre igualmente ganado por la fiebre taurina y dedicado a esa misma expresión. Nacido en Madrid en 1953, desarrolla su personalidad pictórica a partid del año 1995, entrando de lleno a captar los secretos de las imágenes de la Fiesta, asombrando en estos momentos por la aceptación de la crítica y público en la última exposición de Barcelona. Con la atención siempre dispuesta a observar el toreo y con las ansias de plantear la composición a traves de la belleza más proxima y directa, Curro Romero, Rafael de Paula, César Rincón, Emilio Muñoz y El soro son algunos de lso modelso que inspiraron en algunos momento de la lidia sus obras más difundidas. Su riquísimo caudal recoge un presente histórico y estético conjuntamente; es decir, puede mostral el desarrollo del toreo con ejemplos tomados en visión directas en las plazas y campos ganaderos. Su técnica se preyecta principalmente a traves del acrílico, sin olvidar otros materiales como el pastel o la acuarela, los cuales han quedado a juicio de los organismos que han convocado importantes certámenes en una destacadísima consideración. Del año 1962 al 1968 convocado por la Plaza de Toros de Las Ventas, y así completa otras muchas distinciones en las diversas galerías en las que ha expuesto su obra. Más de quince exposiciones individuales definen su progreso continuo. Constancia y presencia con su divisa en los juegos de color, donde se barajan los dinamismos pictóricos del toreo, la razón y el modo de su pintura.
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39 - JOSE PUENTE. Escena taurina con lluvia. Ref. 142208

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 73 x 27 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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Uno de los mejores pintores taurinos de la época sin lugar a dudas. José Puente, fallecido en Madrid a los 73 años. Jose Puente dedicó toda su vida a la pintura taurina hasta convertirse en una de las referencias clásicas. Nació en Medina del Campo en 1928, aunque se afincó en la localidad madrileña de Pinto hasta los 18 años. Sus inicios como diseñador gráfico y publicista pronto derivaron hacia la rama que le daría nombre y prestigio. Encontró en las calles más castizas del centro de Madrid y en los ruedos su escuela. Colaboró en la desaparecida revista El Ruedo, donde consiguió publicar su primera portada en 1948. Su nombre figura entre los más destacados artistas y cartelistas del siglo XX, como Roberto Domingo, Llopis o Reus. Heredó por derecho propio en las páginas de ABC, en 1981, la tradición de ilustrar las crónicas taurinas como en su día hicieron Marín y el maestro Casero. Sus pinturas, dotadas de un tremendo sabor popular, cuyo costumbrismo prologa en aquellas otras tan llenas de gracia que con su peculiar acento impresionista este maestro capata en la romeria del Rocio y en los mas insólitos rinciones de nuestra geografia flamenca y taurina, con la misma espontaneidad que con “cutaro trazos” resume en nuestras paginas los momentos estelares de la corrida del dia anterior. José Puente vivía en Madrid, en la famosa plaza de Santa Ana, pero su alma dormía en Sevilla, pintor que no faltaba a su cita en Sevilla en primavera, con su exposición se abre y se clausura una temporada taurina y una época en los lienzos de la Galería de Arte Sorolla. La pintura de Jose Puente es impresionista, “con vivencias propias”, ha bebido de las fuentes de los lienzos de Martinez de Leon, Roberto Domínguez, Monedero, Gonzalez Marcos o Antonio Casero. No obstante, la mejor imaginación de este pintor madrileño, es su propia imaginación.
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2.500 €

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39 - JOSE PUENTE. Escena taurina con lluvia. Ref. 142208

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 73 x 27 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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Uno de los mejores pintores taurinos de la época sin lugar a dudas. José Puente, fallecido en Madrid a los 73 años. Jose Puente dedicó toda su vida a la pintura taurina hasta convertirse en una de las referencias clásicas. Nació en Medina del Campo en 1928, aunque se afincó en la localidad madrileña de Pinto hasta los 18 años. Sus inicios como diseñador gráfico y publicista pronto derivaron hacia la rama que le daría nombre y prestigio. Encontró en las calles más castizas del centro de Madrid y en los ruedos su escuela. Colaboró en la desaparecida revista El Ruedo, donde consiguió publicar su primera portada en 1948. Su nombre figura entre los más destacados artistas y cartelistas del siglo XX, como Roberto Domingo, Llopis o Reus. Heredó por derecho propio en las páginas de ABC, en 1981, la tradición de ilustrar las crónicas taurinas como en su día hicieron Marín y el maestro Casero. Sus pinturas, dotadas de un tremendo sabor popular, cuyo costumbrismo prologa en aquellas otras tan llenas de gracia que con su peculiar acento impresionista este maestro capata en la romeria del Rocio y en los mas insólitos rinciones de nuestra geografia flamenca y taurina, con la misma espontaneidad que con “cutaro trazos” resume en nuestras paginas los momentos estelares de la corrida del dia anterior. José Puente vivía en Madrid, en la famosa plaza de Santa Ana, pero su alma dormía en Sevilla, pintor que no faltaba a su cita en Sevilla en primavera, con su exposición se abre y se clausura una temporada taurina y una época en los lienzos de la Galería de Arte Sorolla. La pintura de Jose Puente es impresionista, “con vivencias propias”, ha bebido de las fuentes de los lienzos de Martinez de Leon, Roberto Domínguez, Monedero, Gonzalez Marcos o Antonio Casero. No obstante, la mejor imaginación de este pintor madrileño, es su propia imaginación.
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59 - PABLO S. CHIAS : Figuras en la playa 145601

Oil on canvas.
Dimensions without frame 81x55 cm.
CERTIFIED work art and ready to hang.
Decorated wood frame.
Magnificent condition.
 
Professional packing.
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Pablo Segarra Chías. Born in Seville on November 4, 1945. From a very young age he showed great interest in drawing and all the plastic-artistic representation that came into his hands. He painted his first picture at the age of 7, thus beginning a path of vocation and effort that has lasted until today. At the beginning of the sixties he enrolled in the school of art and artistic trades in Seville, attending three courses of artistic drawing, with high qualifications and achievement. He then attended the Provincial Museum of Seville as a copyist, under the guidance of the well-known Alfonso Grosso, making copies of Murillo, Zurbaran, Virgilio Martoni, Villegas, Gómez Gil and many other varied artists, who nurtured the desire to learn everything these authors gave us from their works. With this base and opting for a realistic and luminous painting, he becomes a clientele that requests his works for sale, through different channels among them in the world of auctions. In 1985 he exhibited for the first time in Seville at the Sadartys Gallery, in subsequent years in León, Palma de Mallorca and at the Durán Gallery in Madrid on several occasions. He also participates in various art fairs and international competitions. His works are currently represented in various countries in Europe, America and Asia
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8.999 €

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59 - PABLO S. CHIAS : Figuras en la playa 145601

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Dimensions without frame 81x55 cm.
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Pablo Segarra Chías. Born in Seville on November 4, 1945. From a very young age he showed great interest in drawing and all the plastic-artistic representation that came into his hands. He painted his first picture at the age of 7, thus beginning a path of vocation and effort that has lasted until today. At the beginning of the sixties he enrolled in the school of art and artistic trades in Seville, attending three courses of artistic drawing, with high qualifications and achievement. He then attended the Provincial Museum of Seville as a copyist, under the guidance of the well-known Alfonso Grosso, making copies of Murillo, Zurbaran, Virgilio Martoni, Villegas, Gómez Gil and many other varied artists, who nurtured the desire to learn everything these authors gave us from their works. With this base and opting for a realistic and luminous painting, he becomes a clientele that requests his works for sale, through different channels among them in the world of auctions. In 1985 he exhibited for the first time in Seville at the Sadartys Gallery, in subsequent years in León, Palma de Mallorca and at the Durán Gallery in Madrid on several occasions. He also participates in various art fairs and international competitions. His works are currently represented in various countries in Europe, America and Asia
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60 - MANUEL MONEDERO. Niños jugando. Ref. 145131

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 60 x 50 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Nacido en el año 1925, Manuel Monedero fue un afamado pintor sevillano que sobrepasó con creces las fronteras de España, llegando a tener cierta importancia en Estados Unidos, donde realizó varias exposiciones. A lo largo de su vida llegó a exponer más de 20 veces, siendo la primera de ella en la galería Dixón de Washington en 1961. Desde la capital norteamericana llevaría a cabo una serie de exposiciones en New Jersey, Philadelphia y Boston, para regresar a España en 1965. En ese mismo año, 1965, realizaría su primera exposición en Sevilla, fue en la desaparecida galería Florencia, pero al poco tiempo volvió a EEUU donde seguiría exponiendo, pasando temporadas en Nueva York y California. A su vuelta a España, entre 1973 y 1977, expuso en Madrid (galería Heller y en el Salón Cano). A partir de entonces se refugia en la aldea onubense de Carboneras, donde trabajará sin cesar. Manuel Monedero llevó a cabo su última exposición en Sevilla en la sala Imagen de la Caja San Fernando en mayo del año 1993. Dicha exposición se la dedicó a su amigo, compañero y maestro, Baldomero Romero Ressendi “de quien gocé con su amistad y aprendí y admiré”, según indicaba en el catálogo de la muestra. Dicha exposición recibió el aplauso de la crítica y el calor inusitado del público. Fue un pintor enemigo de presentarse a premios y becas para así mantener su independencia. En su obra dentro del paso hacia el realismo mágico, realizó una serie de los pecados capitales y otra titulada “Piedad”, amén de muchas otras. Su pincel se paró para siempre en diciembre de 2002, a los setenta y ocho años de edad, sin embargo su arte seguirá estando latente siempre.
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2.500 €

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60 - MANUEL MONEDERO. Niños jugando. Ref. 145131

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 60 x 50 cms.
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Nacido en el año 1925, Manuel Monedero fue un afamado pintor sevillano que sobrepasó con creces las fronteras de España, llegando a tener cierta importancia en Estados Unidos, donde realizó varias exposiciones. A lo largo de su vida llegó a exponer más de 20 veces, siendo la primera de ella en la galería Dixón de Washington en 1961. Desde la capital norteamericana llevaría a cabo una serie de exposiciones en New Jersey, Philadelphia y Boston, para regresar a España en 1965. En ese mismo año, 1965, realizaría su primera exposición en Sevilla, fue en la desaparecida galería Florencia, pero al poco tiempo volvió a EEUU donde seguiría exponiendo, pasando temporadas en Nueva York y California. A su vuelta a España, entre 1973 y 1977, expuso en Madrid (galería Heller y en el Salón Cano). A partir de entonces se refugia en la aldea onubense de Carboneras, donde trabajará sin cesar. Manuel Monedero llevó a cabo su última exposición en Sevilla en la sala Imagen de la Caja San Fernando en mayo del año 1993. Dicha exposición se la dedicó a su amigo, compañero y maestro, Baldomero Romero Ressendi “de quien gocé con su amistad y aprendí y admiré”, según indicaba en el catálogo de la muestra. Dicha exposición recibió el aplauso de la crítica y el calor inusitado del público. Fue un pintor enemigo de presentarse a premios y becas para así mantener su independencia. En su obra dentro del paso hacia el realismo mágico, realizó una serie de los pecados capitales y otra titulada “Piedad”, amén de muchas otras. Su pincel se paró para siempre en diciembre de 2002, a los setenta y ocho años de edad, sin embargo su arte seguirá estando latente siempre.
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63 - JOSE PUENTE. Toros en el corral. Ref. 145157

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 46 X 38 cms. Oleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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JOSE PUENTE
 
Uno de los mejores pintores taurinos de la época sin lugar a dudas. José Puente, fallecido en Madrid a los 73 años. Jose Puente dedicó toda su vida a la pintura taurina hasta convertirse en una de las referencias clásicas. Nació en Medina del Campo en 1928, aunque se afincó en la localidad madrileña de Pinto hasta los 18 años. Sus inicios como diseñador gráfico y publicista pronto derivaron hacia la rama que le daría nombre y prestigio. Encontró en las calles más castizas del centro de Madrid y en los ruedos su escuela. Colaboró en la desaparecida revista El Ruedo, donde consiguió publicar su primera portada en 1948. Su nombre figura entre los más destacados artistas y cartelistas del siglo XX, como Roberto Domingo, Llopis o Reus. Heredó por derecho propio en las páginas de ABC, en 1981, la tradición de ilustrar las crónicas taurinas como en su día hicieron Marín y el maestro Casero. Sus pinturas, dotadas de un tremendo sabor popular, cuyo costumbrismo prologa en aquellas otras tan llenas de gracia que con su peculiar acento impresionista este maestro capata en la romeria del Rocio y en los mas insólitos rinciones de nuestra geografia flamenca y taurina, con la misma espontaneidad que con “cutaro trazos” resume en nuestras paginas los momentos estelares de la corrida del dia anterior. José Puente vivía en Madrid, en la famosa plaza de Santa Ana, pero su alma dormía en Sevilla, pintor que no faltaba a su cita en Sevilla en primavera, con su exposición se abre y se clausura una temporada taurina y una época en los lienzos de la Galería de Arte Sorolla. La pintura de Jose Puente es impresionista, “con vivencias propias”, ha bebido de las fuentes de los lienzos de Martinez de Leon, Roberto Domínguez, Monedero, Gonzalez Marcos o Antonio Casero. No obstante, la mejor imaginación de este pintor madrileño, es su propia imaginación.
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63 - JOSE PUENTE. Toros en el corral. Ref. 145157

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 46 X 38 cms. Oleo sobre lienzo.
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JOSE PUENTE
 
Uno de los mejores pintores taurinos de la época sin lugar a dudas. José Puente, fallecido en Madrid a los 73 años. Jose Puente dedicó toda su vida a la pintura taurina hasta convertirse en una de las referencias clásicas. Nació en Medina del Campo en 1928, aunque se afincó en la localidad madrileña de Pinto hasta los 18 años. Sus inicios como diseñador gráfico y publicista pronto derivaron hacia la rama que le daría nombre y prestigio. Encontró en las calles más castizas del centro de Madrid y en los ruedos su escuela. Colaboró en la desaparecida revista El Ruedo, donde consiguió publicar su primera portada en 1948. Su nombre figura entre los más destacados artistas y cartelistas del siglo XX, como Roberto Domingo, Llopis o Reus. Heredó por derecho propio en las páginas de ABC, en 1981, la tradición de ilustrar las crónicas taurinas como en su día hicieron Marín y el maestro Casero. Sus pinturas, dotadas de un tremendo sabor popular, cuyo costumbrismo prologa en aquellas otras tan llenas de gracia que con su peculiar acento impresionista este maestro capata en la romeria del Rocio y en los mas insólitos rinciones de nuestra geografia flamenca y taurina, con la misma espontaneidad que con “cutaro trazos” resume en nuestras paginas los momentos estelares de la corrida del dia anterior. José Puente vivía en Madrid, en la famosa plaza de Santa Ana, pero su alma dormía en Sevilla, pintor que no faltaba a su cita en Sevilla en primavera, con su exposición se abre y se clausura una temporada taurina y una época en los lienzos de la Galería de Arte Sorolla. La pintura de Jose Puente es impresionista, “con vivencias propias”, ha bebido de las fuentes de los lienzos de Martinez de Leon, Roberto Domínguez, Monedero, Gonzalez Marcos o Antonio Casero. No obstante, la mejor imaginación de este pintor madrileño, es su propia imaginación.
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64 - JOSE PALOMAR 145314

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 91 x 65 cms. Oleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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JOSE PALOMAR
 
La pintura de José Palomar ha inundado de luz el ámbito de la acogedora sala de exposiciones Lambert. José Palomar había vivido hasta ahora su vida de pintor sin someter sus cuadros a la sanción pública en una Galería. Ni espiritualmente, ni materialmente había sentido tal necesidad. Y sigue sin sentirla en el segundo de los aspectos. Pero hay un afán de comunicación. Juan Carlos, afortunado prologuista del catálogo de la muestra, escribe: “De pronto, el pintor decide exponer en un momento de reflexión y expectativa, desoyendo la gran verdad de que su obra vastísima ha sido vendida en el caballete. Supongo que es un reencuentro del hombre, sin canonizaciones ni coronaciones, con sus semejantes.” Palomar ha salido en buena hora de la intimidad de su estudio, para mostrarnos un conjunto de su obra, vario y atrayente, que va desde el sobrio “bodegón del guadarnés” hasta las jugosas flores (la más entrañable herencia paterna), pasando por los sustanciosos paisajes urbanos o rurales, animados con figuritas, que a veces componen escenas evocadoras de la deliciosa pintura de género, por los vigorosos y dinámicos cuadros de figuras y por los precisos bocetos, que tienen valor de realizaciones definitivas. José Palomar, artista actual con raíces en la tradición romántica, pintor capacitado y sensible, posee una gran aptitud de transmisión. Su obra, construida con tanta soltura como firmeza, ostenta un claro equilibrio entre arquitecturas, ambientes y personajes, exaltado por las galas de una inmaculada y luminosa paleta. Hijo del inolvidable maestro Teodoro Palomar, nacido en Sevilla. José Palomar se inicia como pintor en el estudio de su padre. Continúa en la Escuela de Artes y Oficios de la que pasa a la Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, para terminar en la de San Fernando, donde fue becado todos los cursos. El pintor nos habla así de su tarea: “Abordo todos los temas habituales en el arte figurativo normal. Además de la pintura de caballete, cultivo el mural. En Sevilla hay varias muestras de mi trabajo en esta modalidad. Me dedico a las flores con especial cariño, porque mi padre fue un especialista en el tema, y las toco, según los entendidos, con desenvoltura y dinamismo. Motivo difícil este de las flores, donde se adquiere un gran dominio del pincel. Me detengo un poco en los retratos de niños. Me gusta este tipo de pintura, en la que hago cuadros de ejecución rápida. He pintado muchos, y creo que los consigo, ya que son las madres de las criaturas las que me pagan, y exigen mucho más que los padres”. El pintor logra su propósito a plenitud, con un lenguaje claro y donoso. Y porque su obra se desenvuelve en un clima estético cuyo goce es fácilmente transferible.
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1.199 €

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64 - JOSE PALOMAR 145314

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 91 x 65 cms. Oleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
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JOSE PALOMAR
 
La pintura de José Palomar ha inundado de luz el ámbito de la acogedora sala de exposiciones Lambert. José Palomar había vivido hasta ahora su vida de pintor sin someter sus cuadros a la sanción pública en una Galería. Ni espiritualmente, ni materialmente había sentido tal necesidad. Y sigue sin sentirla en el segundo de los aspectos. Pero hay un afán de comunicación. Juan Carlos, afortunado prologuista del catálogo de la muestra, escribe: “De pronto, el pintor decide exponer en un momento de reflexión y expectativa, desoyendo la gran verdad de que su obra vastísima ha sido vendida en el caballete. Supongo que es un reencuentro del hombre, sin canonizaciones ni coronaciones, con sus semejantes.” Palomar ha salido en buena hora de la intimidad de su estudio, para mostrarnos un conjunto de su obra, vario y atrayente, que va desde el sobrio “bodegón del guadarnés” hasta las jugosas flores (la más entrañable herencia paterna), pasando por los sustanciosos paisajes urbanos o rurales, animados con figuritas, que a veces componen escenas evocadoras de la deliciosa pintura de género, por los vigorosos y dinámicos cuadros de figuras y por los precisos bocetos, que tienen valor de realizaciones definitivas. José Palomar, artista actual con raíces en la tradición romántica, pintor capacitado y sensible, posee una gran aptitud de transmisión. Su obra, construida con tanta soltura como firmeza, ostenta un claro equilibrio entre arquitecturas, ambientes y personajes, exaltado por las galas de una inmaculada y luminosa paleta. Hijo del inolvidable maestro Teodoro Palomar, nacido en Sevilla. José Palomar se inicia como pintor en el estudio de su padre. Continúa en la Escuela de Artes y Oficios de la que pasa a la Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, para terminar en la de San Fernando, donde fue becado todos los cursos. El pintor nos habla así de su tarea: “Abordo todos los temas habituales en el arte figurativo normal. Además de la pintura de caballete, cultivo el mural. En Sevilla hay varias muestras de mi trabajo en esta modalidad. Me dedico a las flores con especial cariño, porque mi padre fue un especialista en el tema, y las toco, según los entendidos, con desenvoltura y dinamismo. Motivo difícil este de las flores, donde se adquiere un gran dominio del pincel. Me detengo un poco en los retratos de niños. Me gusta este tipo de pintura, en la que hago cuadros de ejecución rápida. He pintado muchos, y creo que los consigo, ya que son las madres de las criaturas las que me pagan, y exigen mucho más que los padres”. El pintor logra su propósito a plenitud, con un lenguaje claro y donoso. Y porque su obra se desenvuelve en un clima estético cuyo goce es fácilmente transferible.
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66 - ANA DELGADO. Jarrón azul. Ref. 141993

Obra con CERTIFICADO DE GARANTIA y lista para colgar.
Medidas sin marco 70 x 50 cms. Oleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
ANA DELGADO
 
Nacida en Pilas (Sevilla) en 1948 y vecina de la capital sevillana. Tras cursar estudios de Esteticismo, Cosmética y Decoración, ejerce como esteticista en reconocidas firmas como Balenciaga, Givenchy, Germany-Monteil y El Corte Inglés. No obstante, siempre simultaneó el ejercicio de su profesión con su gran afición por la pintura. Su formación como pintora es, pues, autodidacta, complementada posteriormente en distintos estudios de reconocidos pintores sevillanos como José Luis Pajuelo, Luis Montes, Martín Iglesias, José Luis Castrillo, Paco Broca y Pablo Lanuza. Siempre ha sentido una gran predilección por los grandes maestros impresionistas como Sorolla, Monet y Van Gogh, de un clásico como Velázquez y de un modernista como Picasso. Su técnica pictórica más habitual es la pintura al óleo, dando muestras de una gran habilidad y fluidez en el manejo de la espátula, transmitiendo una inconfundible soltura y espontaneidad a su obra. Frescura, sensibilidad, colorido y fuerza expresiva se mezclan impregnando los sentidos. Dentro de su temática destacan los parques y jardines, patios andaluces, flores entre las que destacan sus inconfundibles rosas , fuentes, paisajes naturales, y el retrato. Ha encontrado siempre la inspiración para expresarse sobre el lienzo en lugares que irradian fragancias, luz y colorido como el Parque de María Luisa, los Reales Alcázares de Sevilla, las orillas del Guadalquivir o las marismas de Doñana.
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449 €

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66 - ANA DELGADO. Jarrón azul. Ref. 141993

Obra con CERTIFICADO DE GARANTIA y lista para colgar.
Medidas sin marco 70 x 50 cms. Oleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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ANA DELGADO
 
Nacida en Pilas (Sevilla) en 1948 y vecina de la capital sevillana. Tras cursar estudios de Esteticismo, Cosmética y Decoración, ejerce como esteticista en reconocidas firmas como Balenciaga, Givenchy, Germany-Monteil y El Corte Inglés. No obstante, siempre simultaneó el ejercicio de su profesión con su gran afición por la pintura. Su formación como pintora es, pues, autodidacta, complementada posteriormente en distintos estudios de reconocidos pintores sevillanos como José Luis Pajuelo, Luis Montes, Martín Iglesias, José Luis Castrillo, Paco Broca y Pablo Lanuza. Siempre ha sentido una gran predilección por los grandes maestros impresionistas como Sorolla, Monet y Van Gogh, de un clásico como Velázquez y de un modernista como Picasso. Su técnica pictórica más habitual es la pintura al óleo, dando muestras de una gran habilidad y fluidez en el manejo de la espátula, transmitiendo una inconfundible soltura y espontaneidad a su obra. Frescura, sensibilidad, colorido y fuerza expresiva se mezclan impregnando los sentidos. Dentro de su temática destacan los parques y jardines, patios andaluces, flores entre las que destacan sus inconfundibles rosas , fuentes, paisajes naturales, y el retrato. Ha encontrado siempre la inspiración para expresarse sobre el lienzo en lugares que irradian fragancias, luz y colorido como el Parque de María Luisa, los Reales Alcázares de Sevilla, las orillas del Guadalquivir o las marismas de Doñana.
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72 - ENRIQUE PASTOR. Escena taurina. Ref. 145111

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 33 x 19 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
 
Pintor autodidacta, con el privilegio de tener a un maestro cerca, su prpio padre igualmente ganado por la fiebre taurina y dedicado a esa misma expresión. Nacido en Madrid en 1953, desarrolla su personalidad pictórica a partid del año 1995, entrando de lleno a captar los secretos de las imágenes de la Fiesta, asombrando en estos momentos por la aceptación de la crítica y público en la última exposición de Barcelona. Con la atención siempre dispuesta a observar el toreo y con las ansias de plantear la composición a traves de la belleza más proxima y directa, Curro Romero, Rafael de Paula, César Rincón, Emilio Muñoz y El soro son algunos de lso modelso que inspiraron en algunos momento de la lidia sus obras más difundidas. Su riquísimo caudal recoge un presente histórico y estético conjuntamente; es decir, puede mostral el desarrollo del toreo con ejemplos tomados en visión directas en las plazas y campos ganaderos. Su técnica se preyecta principalmente a traves del acrílico, sin olvidar otros materiales como el pastel o la acuarela, los cuales han quedado a juicio de los organismos que han convocado importantes certámenes en una destacadísima consideración. Del año 1962 al 1968 convocado por la Plaza de Toros de Las Ventas, y así completa otras muchas distinciones en las diversas galerías en las que ha expuesto su obra. Más de quince exposiciones individuales definen su progreso continuo. Constancia y presencia con su divisa en los juegos de color, donde se barajan los dinamismos pictóricos del toreo, la razón y el modo de su pintura.
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180 €

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72 - ENRIQUE PASTOR. Escena taurina. Ref. 145111

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 33 x 19 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
 
Pintor autodidacta, con el privilegio de tener a un maestro cerca, su prpio padre igualmente ganado por la fiebre taurina y dedicado a esa misma expresión. Nacido en Madrid en 1953, desarrolla su personalidad pictórica a partid del año 1995, entrando de lleno a captar los secretos de las imágenes de la Fiesta, asombrando en estos momentos por la aceptación de la crítica y público en la última exposición de Barcelona. Con la atención siempre dispuesta a observar el toreo y con las ansias de plantear la composición a traves de la belleza más proxima y directa, Curro Romero, Rafael de Paula, César Rincón, Emilio Muñoz y El soro son algunos de lso modelso que inspiraron en algunos momento de la lidia sus obras más difundidas. Su riquísimo caudal recoge un presente histórico y estético conjuntamente; es decir, puede mostral el desarrollo del toreo con ejemplos tomados en visión directas en las plazas y campos ganaderos. Su técnica se preyecta principalmente a traves del acrílico, sin olvidar otros materiales como el pastel o la acuarela, los cuales han quedado a juicio de los organismos que han convocado importantes certámenes en una destacadísima consideración. Del año 1962 al 1968 convocado por la Plaza de Toros de Las Ventas, y así completa otras muchas distinciones en las diversas galerías en las que ha expuesto su obra. Más de quince exposiciones individuales definen su progreso continuo. Constancia y presencia con su divisa en los juegos de color, donde se barajan los dinamismos pictóricos del toreo, la razón y el modo de su pintura.
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74 - JESUS FERNANDEZ. Patio con flores. Ref. 145303

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 50 x 18 cms.
Óleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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Número de seguimiento para su control.
 
 
Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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280 €

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74 - JESUS FERNANDEZ. Patio con flores. Ref. 145303

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 50 x 18 cms.
Óleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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Sale price: 280 €

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75 - JOSE ANTONIO BORRAS. Flores multicolores. Ref. 137697

Obra con CERTIFICADO DE GARANTIA y lista para colgar.
Medidas sin marco 33 x 24 cms. Oleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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JOSE ANTONIO BORRAS
 
Como autodidacta, en la adolescencia, ha participado en certámenes de dibujo, habiendo obtenido, en ocasiones, algunos diplomas y premios. Ha realizado trabajos de restauración de figuras de Belén en mi colegio. En 1986-87 le fue encargado pintar el escudo de la Hermandad de la Divina Pastora de Capuchinos de Sevilla. En 1999 tuvo el privilegio y el honor de ser elegido por la Hermandad de la Virgen del Rocío de Villamanrique de la Condesa (Sevilla) para pintar al óleo, la imagen de la Virgen, que luce el nuevo Estandarte que se confeccionó para la Hermandad. Seguidamente y hasta la actualidad le vienen siendo encargadas obras de la imagen de la Virgen, inspiradas en aquella destinada al Estandarte, y concretamente algunas de estas pinturas conformaron las portadas de algunos Boletines informativos que edita anualmente la hermandad de Villamanrique. En 2000, recibió el encargo para pintar la Virgen de los Ángeles, de Alajar (Huelva), también con destino a un nuevo Estandarte confeccionado para esta Hermandad. Ha participado en certámenes de pintura convocado por el Ayuntamiento de Almonte (Huelva), habiendo sido su obra seleccionada para incluir en catálogo.. Ha participado en varios concursos de pintura convocados por el Ayuntamiento de Gibraleón (Huelva), y en 1997 obtuvo el primer premio , con la obra “QUERUBINES”, en acrílico. Ha concursado en otros certámenes organizados por Contsa, y otros organismos como Focus, Grúas Lozano. Ha realizado dibujos y trabajos de diseño y cartelería, para la empresa Mundomedia, dedicada al ocio y tiempo libre. Ha llevado a cabo dibujos y bocetos de motivos andaluces para su inserción en mantones de Manila y abanicos. En el 2007 le encargaron el cartel de la Virgen de Cuatrovitas de Bollullos de la Imitación con motivo del 50 aniversario de su patronazgo. En 2010 , realizó dibujos para sketches para obra teatral. Ha colaborado con diversas pinturas, en Asociaciones como “Noches del Baratillo” y “ Mujeres entre mundos”. Ha donado pintura a Villamanrique de la Condesa, representando las fiestas mayores y Rocieras. Tiene distribuidas algunas obras en determinadas casas de arte y decoración en Sevilla.
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150 €

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75 - JOSE ANTONIO BORRAS. Flores multicolores. Ref. 137697

Obra con CERTIFICADO DE GARANTIA y lista para colgar.
Medidas sin marco 33 x 24 cms. Oleo sobre tabla.
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JOSE ANTONIO BORRAS
 
Como autodidacta, en la adolescencia, ha participado en certámenes de dibujo, habiendo obtenido, en ocasiones, algunos diplomas y premios. Ha realizado trabajos de restauración de figuras de Belén en mi colegio. En 1986-87 le fue encargado pintar el escudo de la Hermandad de la Divina Pastora de Capuchinos de Sevilla. En 1999 tuvo el privilegio y el honor de ser elegido por la Hermandad de la Virgen del Rocío de Villamanrique de la Condesa (Sevilla) para pintar al óleo, la imagen de la Virgen, que luce el nuevo Estandarte que se confeccionó para la Hermandad. Seguidamente y hasta la actualidad le vienen siendo encargadas obras de la imagen de la Virgen, inspiradas en aquella destinada al Estandarte, y concretamente algunas de estas pinturas conformaron las portadas de algunos Boletines informativos que edita anualmente la hermandad de Villamanrique. En 2000, recibió el encargo para pintar la Virgen de los Ángeles, de Alajar (Huelva), también con destino a un nuevo Estandarte confeccionado para esta Hermandad. Ha participado en certámenes de pintura convocado por el Ayuntamiento de Almonte (Huelva), habiendo sido su obra seleccionada para incluir en catálogo.. Ha participado en varios concursos de pintura convocados por el Ayuntamiento de Gibraleón (Huelva), y en 1997 obtuvo el primer premio , con la obra “QUERUBINES”, en acrílico. Ha concursado en otros certámenes organizados por Contsa, y otros organismos como Focus, Grúas Lozano. Ha realizado dibujos y trabajos de diseño y cartelería, para la empresa Mundomedia, dedicada al ocio y tiempo libre. Ha llevado a cabo dibujos y bocetos de motivos andaluces para su inserción en mantones de Manila y abanicos. En el 2007 le encargaron el cartel de la Virgen de Cuatrovitas de Bollullos de la Imitación con motivo del 50 aniversario de su patronazgo. En 2010 , realizó dibujos para sketches para obra teatral. Ha colaborado con diversas pinturas, en Asociaciones como “Noches del Baratillo” y “ Mujeres entre mundos”. Ha donado pintura a Villamanrique de la Condesa, representando las fiestas mayores y Rocieras. Tiene distribuidas algunas obras en determinadas casas de arte y decoración en Sevilla.
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78 - ROMAN FRANCES. Retrato de niña. Ref. 144409

Obra con CERTIFICADO DE GARANTIA y lista para colgar.
Medidas sin marco 40 x 40 cms. Oleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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ROMAN FRANCES.
 
Nace en Alicante el dos de Enero de 1950. Desde su infancia se siente inclinado por el dibujo y la pintura, pero su primer contacto con el mundo del arte se produce a los catorce años en el taller-estudio del pintor Gaspar Francés Rico, que ejerció una gran influencia en su formación artística y humana. En 1965 presenta su primer cuadro en el Salón de Otoño de Alcoy. Posteriormente se traslada a Madrid donde permanece durante 5 años, este momento de plena efervescencia cultural del país definirá su futura trayectoria. Los pintores valencianos (Sorolla, Navarro, Pinazo...) y sobretodo los alcoyanos de finales del siglo XIX ejercerán en su obra nuevos planteamientos. En 1978 viaja a Estados Unidos y posteriormente a Méjico donde permanecerá una larga temporada, realiza diferentes exposiciones con éxito. A partir de esta experiencia se decide a presentar su obra en distintos países como Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Suiza, Mónaco, Japón y Estados Unidos. Ha realizado más de 50 exposiciones personales y ha participado en infinidad de exposiciones colectivas. Las últimas las ha realizado en: El Greco (Madrid), Emarros (Castellón), Gabernia (Valencia), Sala Goya (Palma de Mallorca), Espí (Santander), Segrelles (Valencia), Braulio (Castellón), Xauen (Granada), Gaudí (Madrid) Benedito (Málaga), Lloren‡ (Barcelona), Formas (Portugal), Castelló 120 (Madrid), Galería Mar (Barcelona), Arimany (Tarragona), etc. Se le considera un genuino representante de la Escuela Valenciana. Su pintura es llena de luz y color, centrada siempre alrededor de la figura femenina. Se encuentra en importantes colecciones públicas y privadas en más de 30 países de los que podemos destacar: Francia, Italia, España, Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Emiratos Árabes, Japón, Méjico y Canadá.
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1.499 €

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78 - ROMAN FRANCES. Retrato de niña. Ref. 144409

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ROMAN FRANCES.
 
Nace en Alicante el dos de Enero de 1950. Desde su infancia se siente inclinado por el dibujo y la pintura, pero su primer contacto con el mundo del arte se produce a los catorce años en el taller-estudio del pintor Gaspar Francés Rico, que ejerció una gran influencia en su formación artística y humana. En 1965 presenta su primer cuadro en el Salón de Otoño de Alcoy. Posteriormente se traslada a Madrid donde permanece durante 5 años, este momento de plena efervescencia cultural del país definirá su futura trayectoria. Los pintores valencianos (Sorolla, Navarro, Pinazo...) y sobretodo los alcoyanos de finales del siglo XIX ejercerán en su obra nuevos planteamientos. En 1978 viaja a Estados Unidos y posteriormente a Méjico donde permanecerá una larga temporada, realiza diferentes exposiciones con éxito. A partir de esta experiencia se decide a presentar su obra en distintos países como Francia, Alemania, Bélgica, Italia, Suiza, Mónaco, Japón y Estados Unidos. Ha realizado más de 50 exposiciones personales y ha participado en infinidad de exposiciones colectivas. Las últimas las ha realizado en: El Greco (Madrid), Emarros (Castellón), Gabernia (Valencia), Sala Goya (Palma de Mallorca), Espí (Santander), Segrelles (Valencia), Braulio (Castellón), Xauen (Granada), Gaudí (Madrid) Benedito (Málaga), Lloren‡ (Barcelona), Formas (Portugal), Castelló 120 (Madrid), Galería Mar (Barcelona), Arimany (Tarragona), etc. Se le considera un genuino representante de la Escuela Valenciana. Su pintura es llena de luz y color, centrada siempre alrededor de la figura femenina. Se encuentra en importantes colecciones públicas y privadas en más de 30 países de los que podemos destacar: Francia, Italia, España, Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Emiratos Árabes, Japón, Méjico y Canadá.
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83 - R. MICHEL. Cristales y frutas. Ref. 145376

 
Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 41 x 33 cms. Oleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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ROBERTO MICHEL
 
En los ambientes artísticos de la floreciente Barcelona era de bien conocido y admirado el talento y maestria de Roberto Michel. La grandiosa equilibrada composición de sus bodegones, ricos en matices y detalles ha sido premiado en numerosos y prestigiosos concursos y certámenes de pintura de nivel nacional e internacional. La considerada crítica y su buen hacer le han abierto las puertas de las más prestigiosas galerías de Cataluña donde expone regularmente y con enorme éxito sus obras que pasan a adornar los elegantes palacios y residencias de la sociedad catalana. Michel es uno de los pintores contemporáneos mas prometedores de nuestro tiempo. Es reflejo del buen gusto y la pulsación dinamica que se unen en la expresión de sus obras que nos trasladan a la mas pura realidad. Realista porque lo que existe en sus composiciones tiene el plapito de la expresión mas vivaz. El realismo es una actiud mental y visual que traspasa lo aparaente para adentrarse en lo que hay tras suyo para revelarnos su verdad. Cuida el color con sus contrastes y coordinados provocando una agradable visión al contemplar sus flores de cuya perfecta expresión nos insinúan los frescos aromas que tanto nos atraen. Es puente entre la materia y el espíritu, es una concentración entre dos fuerzas que por una parte permanecen y por la otra se liberan. Es capaz con su trazo delicado y perfecto reflejar los detalles más extraordinarios como podemos apreciar en sus más que perfectos bodegones, armoniosos y dinámicos capaces de esconder curiosos y sorprendentes detalles cada vez que queramos detenernos a contemplar la singular obra de este artista, difícil de imitar. Sus obras nos inducen a soslayar presente, pasado y futuro. Obra que siempre será pues de nuestro presente.
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199 €

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83 - R. MICHEL. Cristales y frutas. Ref. 145376

 
Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 41 x 33 cms. Oleo sobre lienzo.
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ROBERTO MICHEL
 
En los ambientes artísticos de la floreciente Barcelona era de bien conocido y admirado el talento y maestria de Roberto Michel. La grandiosa equilibrada composición de sus bodegones, ricos en matices y detalles ha sido premiado en numerosos y prestigiosos concursos y certámenes de pintura de nivel nacional e internacional. La considerada crítica y su buen hacer le han abierto las puertas de las más prestigiosas galerías de Cataluña donde expone regularmente y con enorme éxito sus obras que pasan a adornar los elegantes palacios y residencias de la sociedad catalana. Michel es uno de los pintores contemporáneos mas prometedores de nuestro tiempo. Es reflejo del buen gusto y la pulsación dinamica que se unen en la expresión de sus obras que nos trasladan a la mas pura realidad. Realista porque lo que existe en sus composiciones tiene el plapito de la expresión mas vivaz. El realismo es una actiud mental y visual que traspasa lo aparaente para adentrarse en lo que hay tras suyo para revelarnos su verdad. Cuida el color con sus contrastes y coordinados provocando una agradable visión al contemplar sus flores de cuya perfecta expresión nos insinúan los frescos aromas que tanto nos atraen. Es puente entre la materia y el espíritu, es una concentración entre dos fuerzas que por una parte permanecen y por la otra se liberan. Es capaz con su trazo delicado y perfecto reflejar los detalles más extraordinarios como podemos apreciar en sus más que perfectos bodegones, armoniosos y dinámicos capaces de esconder curiosos y sorprendentes detalles cada vez que queramos detenernos a contemplar la singular obra de este artista, difícil de imitar. Sus obras nos inducen a soslayar presente, pasado y futuro. Obra que siempre será pues de nuestro presente.
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Sale price: 199 €

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89 - LOPEZ GALINDO. Costumbres populares. Ref. 145172

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 23 x 18 cms. Oleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
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LUIS LOPEZ GALINDO
 
Autodidacta y seguidor de su padre Luis de Pereda, en los motivos de escena constumbrista y andaluza, dándole incluso clases particulares. Trabaja principalmente en temas costumbristas llegando al dominio de perfeccion y realismo. Sus obras se encuentran repartidas en colecciones particulares por diversos puntos de España y el extranjero. Sin duda, estamos ante obras de una calidad inmejorable y de una revalorización asegurada. Es un pintor que inspirándose en la figura, crea la luz y el ambiente con prodigiosa fidelidad. Acabados perfectos, no solo en lo principal sino en lo secundario, y por ello sus cuadros son como una ventana abierta que contempla lo que produce la ilusion de la realidad. Sus lienzos son sinfonías de color, y cada uno de ellos está construido dentro del concepto ritmico de lo que debe ser un cuadro. Tan finamente acordado, tan delicadísimo, de gamas sutiles, con mateices suavísimos y finas claridades... Posee ese místico placer de armonizar la naturaleza y sus matices cromáticos con nuestra arquitectura tradicional de patios conventuales, llenos de luz y de sombras transparente, fresco verdor de plantas y gozoso jugueteo constumbrista. Representaciones al aire libre, llenas de gracia y donaire, y connotaciones de galanteos y amoríos flamencos, costumbrismo regionalista y fiestas...
 
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350 €

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89 - LOPEZ GALINDO. Costumbres populares. Ref. 145172

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Medidas sin marco 23 x 18 cms. Oleo sobre tabla.
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LUIS LOPEZ GALINDO
 
Autodidacta y seguidor de su padre Luis de Pereda, en los motivos de escena constumbrista y andaluza, dándole incluso clases particulares. Trabaja principalmente en temas costumbristas llegando al dominio de perfeccion y realismo. Sus obras se encuentran repartidas en colecciones particulares por diversos puntos de España y el extranjero. Sin duda, estamos ante obras de una calidad inmejorable y de una revalorización asegurada. Es un pintor que inspirándose en la figura, crea la luz y el ambiente con prodigiosa fidelidad. Acabados perfectos, no solo en lo principal sino en lo secundario, y por ello sus cuadros son como una ventana abierta que contempla lo que produce la ilusion de la realidad. Sus lienzos son sinfonías de color, y cada uno de ellos está construido dentro del concepto ritmico de lo que debe ser un cuadro. Tan finamente acordado, tan delicadísimo, de gamas sutiles, con mateices suavísimos y finas claridades... Posee ese místico placer de armonizar la naturaleza y sus matices cromáticos con nuestra arquitectura tradicional de patios conventuales, llenos de luz y de sombras transparente, fresco verdor de plantas y gozoso jugueteo constumbrista. Representaciones al aire libre, llenas de gracia y donaire, y connotaciones de galanteos y amoríos flamencos, costumbrismo regionalista y fiestas...
 
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90 - JESUS FERNANDEZ. Balcón con macetas. Ref. 145218

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 41 x 33 cms.
Óleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
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Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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300 €

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90 - JESUS FERNANDEZ. Balcón con macetas. Ref. 145218

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 41 x 33 cms.
Óleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
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Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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91 - JOSE PUENTE. Toros en el rio. Ref. 143310

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 55 x 46 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
 
Uno de los mejores pintores taurinos de la época sin lugar a dudas. José Puente, fallecido en Madrid a los 73 años. Jose Puente dedicó toda su vida a la pintura taurina hasta convertirse en una de las referencias clásicas. Nació en Medina del Campo en 1928, aunque se afincó en la localidad madrileña de Pinto hasta los 18 años. Sus inicios como diseñador gráfico y publicista pronto derivaron hacia la rama que le daría nombre y prestigio. Encontró en las calles más castizas del centro de Madrid y en los ruedos su escuela. Colaboró en la desaparecida revista El Ruedo, donde consiguió publicar su primera portada en 1948. Su nombre figura entre los más destacados artistas y cartelistas del siglo XX, como Roberto Domingo, Llopis o Reus. Heredó por derecho propio en las páginas de ABC, en 1981, la tradición de ilustrar las crónicas taurinas como en su día hicieron Marín y el maestro Casero. Sus pinturas, dotadas de un tremendo sabor popular, cuyo costumbrismo prologa en aquellas otras tan llenas de gracia que con su peculiar acento impresionista este maestro capata en la romeria del Rocio y en los mas insólitos rinciones de nuestra geografia flamenca y taurina, con la misma espontaneidad que con “cutaro trazos” resume en nuestras paginas los momentos estelares de la corrida del dia anterior. José Puente vivía en Madrid, en la famosa plaza de Santa Ana, pero su alma dormía en Sevilla, pintor que no faltaba a su cita en Sevilla en primavera, con su exposición se abre y se clausura una temporada taurina y una época en los lienzos de la Galería de Arte Sorolla. La pintura de Jose Puente es impresionista, “con vivencias propias”, ha bebido de las fuentes de los lienzos de Martinez de Leon, Roberto Domínguez, Monedero, Gonzalez Marcos o Antonio Casero. No obstante, la mejor imaginación de este pintor madrileño, es su propia imaginación.
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1.200 €

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91 - JOSE PUENTE. Toros en el rio. Ref. 143310

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 55 x 46 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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Uno de los mejores pintores taurinos de la época sin lugar a dudas. José Puente, fallecido en Madrid a los 73 años. Jose Puente dedicó toda su vida a la pintura taurina hasta convertirse en una de las referencias clásicas. Nació en Medina del Campo en 1928, aunque se afincó en la localidad madrileña de Pinto hasta los 18 años. Sus inicios como diseñador gráfico y publicista pronto derivaron hacia la rama que le daría nombre y prestigio. Encontró en las calles más castizas del centro de Madrid y en los ruedos su escuela. Colaboró en la desaparecida revista El Ruedo, donde consiguió publicar su primera portada en 1948. Su nombre figura entre los más destacados artistas y cartelistas del siglo XX, como Roberto Domingo, Llopis o Reus. Heredó por derecho propio en las páginas de ABC, en 1981, la tradición de ilustrar las crónicas taurinas como en su día hicieron Marín y el maestro Casero. Sus pinturas, dotadas de un tremendo sabor popular, cuyo costumbrismo prologa en aquellas otras tan llenas de gracia que con su peculiar acento impresionista este maestro capata en la romeria del Rocio y en los mas insólitos rinciones de nuestra geografia flamenca y taurina, con la misma espontaneidad que con “cutaro trazos” resume en nuestras paginas los momentos estelares de la corrida del dia anterior. José Puente vivía en Madrid, en la famosa plaza de Santa Ana, pero su alma dormía en Sevilla, pintor que no faltaba a su cita en Sevilla en primavera, con su exposición se abre y se clausura una temporada taurina y una época en los lienzos de la Galería de Arte Sorolla. La pintura de Jose Puente es impresionista, “con vivencias propias”, ha bebido de las fuentes de los lienzos de Martinez de Leon, Roberto Domínguez, Monedero, Gonzalez Marcos o Antonio Casero. No obstante, la mejor imaginación de este pintor madrileño, es su propia imaginación.
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92 - BONHOME. Hombre árabe. Ref. 143704

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 25 x 20 cms.
Óleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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Rafael Botella Bonhome. Nacido en la ciudad de Alcoy. Tras cursar sus estudios en su ciudad natal y pasar por la escuela de Bellas Artes decide plasmar sus sentimientos en sus obras artísticas. Es también un gran aficionado a la fotografía así como amante de la naturaleza algo que se ve reflejado en sus obras donde no solo busca representar la belleza en sí de la naturaleza sino también los sentimientos que de la misma emanan. Su primera exposición de óleos fue en Abril de 1998 y se realizó en la sala de exposiciones del restaurante Las Pallozas, en el pueblo de Cacabelos, en el Bierzo. En Septiembre de ese mismo año expone en las jornadas de formación deportiva y ecológica de pescadores que se realizó en la sala de exposición junta de León. Y en Diciembre volvió a mostrar su obra en el club de pescadores deportivos de Valencia. Sus obras comenzaron a recorrer el mundo y ya se pueden encontrar en países como Portugal, Francia, Arabia Saudí, China o Gran Bretaña. Como buen observador del mundo y como mejor narrador visual nos permite observar en sus óleos la realidad más preciosa y vibrante de cada lugar, bien paseando entre sus paisajes del Bierzo, bien bañarnos en los ríos junto con sus pescadores, o bien, imaginarnos libres cual animales autóctonos en medio de los maravillosos parajes de las regiones que pinta. Su última exposición hasta el momento data de Julio de 2010, la realizó en el Centro de Interpretación Medioambiental de Villarluengo. Buscando darle un nuevo giro a su obra y en su afán por explorar otras ramas del arte, últimamente se está centrando a la representación de pintura árabe y retratos, dejando un poco atrás los paisajes, marinas y ríos.
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200 €

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92 - BONHOME. Hombre árabe. Ref. 143704

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 25 x 20 cms.
Óleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
 
Rafael Botella Bonhome. Nacido en la ciudad de Alcoy. Tras cursar sus estudios en su ciudad natal y pasar por la escuela de Bellas Artes decide plasmar sus sentimientos en sus obras artísticas. Es también un gran aficionado a la fotografía así como amante de la naturaleza algo que se ve reflejado en sus obras donde no solo busca representar la belleza en sí de la naturaleza sino también los sentimientos que de la misma emanan. Su primera exposición de óleos fue en Abril de 1998 y se realizó en la sala de exposiciones del restaurante Las Pallozas, en el pueblo de Cacabelos, en el Bierzo. En Septiembre de ese mismo año expone en las jornadas de formación deportiva y ecológica de pescadores que se realizó en la sala de exposición junta de León. Y en Diciembre volvió a mostrar su obra en el club de pescadores deportivos de Valencia. Sus obras comenzaron a recorrer el mundo y ya se pueden encontrar en países como Portugal, Francia, Arabia Saudí, China o Gran Bretaña. Como buen observador del mundo y como mejor narrador visual nos permite observar en sus óleos la realidad más preciosa y vibrante de cada lugar, bien paseando entre sus paisajes del Bierzo, bien bañarnos en los ríos junto con sus pescadores, o bien, imaginarnos libres cual animales autóctonos en medio de los maravillosos parajes de las regiones que pinta. Su última exposición hasta el momento data de Julio de 2010, la realizó en el Centro de Interpretación Medioambiental de Villarluengo. Buscando darle un nuevo giro a su obra y en su afán por explorar otras ramas del arte, últimamente se está centrando a la representación de pintura árabe y retratos, dejando un poco atrás los paisajes, marinas y ríos.
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Sale price: 200 €

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93 - ANA DELGADO. Paisaje y amapolas. Ref. 145464

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 100 x 70 cms. Oleo sobre cartulina.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
ANA DELGADO
 
Nacida en Pilas (Sevilla) en 1948 y vecina de la capital sevillana. Tras cursar estudios de Esteticismo, Cosmética y Decoración, ejerce como esteticista en reconocidas firmas como Balenciaga, Givenchy, Germany-Monteil y El Corte Inglés. No obstante, siempre simultaneó el ejercicio de su profesión con su gran afición por la pintura. Su formación como pintora es, pues, autodidacta, complementada posteriormente en distintos estudios de reconocidos pintores sevillanos como José Luis Pajuelo, Luis Montes, Martín Iglesias, José Luis Castrillo, Paco Broca y Pablo Lanuza. Siempre ha sentido una gran predilección por los grandes maestros impresionistas como Sorolla, Monet y Van Gogh, de un clásico como Velázquez y de un modernista como Picasso. Su técnica pictórica más habitual es la pintura al óleo, dando muestras de una gran habilidad y fluidez en el manejo de la espátula, transmitiendo una inconfundible soltura y espontaneidad a su obra. Frescura, sensibilidad, colorido y fuerza expresiva se mezclan impregnando los sentidos. Dentro de su temática destacan los parques y jardines, patios andaluces, flores entre las que destacan sus inconfundibles rosas , fuentes, paisajes naturales, y el retrato. Ha encontrado siempre la inspiración para expresarse sobre el lienzo en lugares que irradian fragancias, luz y colorido como el Parque de María Luisa, los Reales Alcázares de Sevilla, las orillas del Guadalquivir o las marismas de Doñana.
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550 €

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93 - ANA DELGADO. Paisaje y amapolas. Ref. 145464

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 100 x 70 cms. Oleo sobre cartulina.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
ANA DELGADO
 
Nacida en Pilas (Sevilla) en 1948 y vecina de la capital sevillana. Tras cursar estudios de Esteticismo, Cosmética y Decoración, ejerce como esteticista en reconocidas firmas como Balenciaga, Givenchy, Germany-Monteil y El Corte Inglés. No obstante, siempre simultaneó el ejercicio de su profesión con su gran afición por la pintura. Su formación como pintora es, pues, autodidacta, complementada posteriormente en distintos estudios de reconocidos pintores sevillanos como José Luis Pajuelo, Luis Montes, Martín Iglesias, José Luis Castrillo, Paco Broca y Pablo Lanuza. Siempre ha sentido una gran predilección por los grandes maestros impresionistas como Sorolla, Monet y Van Gogh, de un clásico como Velázquez y de un modernista como Picasso. Su técnica pictórica más habitual es la pintura al óleo, dando muestras de una gran habilidad y fluidez en el manejo de la espátula, transmitiendo una inconfundible soltura y espontaneidad a su obra. Frescura, sensibilidad, colorido y fuerza expresiva se mezclan impregnando los sentidos. Dentro de su temática destacan los parques y jardines, patios andaluces, flores entre las que destacan sus inconfundibles rosas , fuentes, paisajes naturales, y el retrato. Ha encontrado siempre la inspiración para expresarse sobre el lienzo en lugares que irradian fragancias, luz y colorido como el Parque de María Luisa, los Reales Alcázares de Sevilla, las orillas del Guadalquivir o las marismas de Doñana.
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Sale price: 550 €

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98 - FERNANDO FERREIRA 135502

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 81 x 65 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Fernando Ferreira nació en Bollullos del Condado el 8 de marzo de 1925, hijo de José Carrasco Salas y Matilde Ferreira Ramos, el octavo de ocho hermanos: Joaquín, Antonio, Manolo (mi padre), dos hermanas que murieron pequeñas, Juan, Fernando y Joselito (padre de Matilde, otra gran pintora). En el colegio, en 1937, llamaba la atención que, en vez de ilustrar los trabajos con recortes, los presentaba con dibujos propios. El maestro, Enrique Sicilia Sancho, se lo comentó al escultor y tallista de Bollullos, Antonio Delgado Jiménez, quien a su vez lo puso en relación con Félix Lacárcel, que a la sazón se encontraba en Bollullos restaurando unos cuadros que habían adquirido Jerónimo y Adulfo Neble. Tenía quince años cuando Félix Lacárcel le preparó en su estudio para ingresar en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, que se reorganizaba en 1940. Practicó copiando esculturas del Museo Arqueológico y de la Glorieta de Bécquer. En una ocasión se le acercó Juan Lafita, y le preguntó, en broma, si era “Gitanillo de Triana”, por su tez morena y el pelo ondulado. Le encantaron sus dibujos. En septiembre de 1941 ingresó en la Escuela de Bellas Artes, con Juan Antonio Rodríguez, Calvo Carrión, Moreno Galván, Juan Talavera, Maireles, Rosario Fernández, Loli Sánchez, José Trueba y otros más. En el curso 1946-47 hizo el campamento militar en Ronda. Fue destinado luego como alférez de complemento a Ferrol. Allí hizo una exposición en el Casino Ferrolano y en la Asociación de Artistas de La Coruña. En el estudio de Manuel Pérez de Arévalo pintó muchos retratos, sobre todo de familiares de militares y marinos, como las hijas del capitán Cardona. Recuerda alguna de sus primeras obras. De 1948 es el apunte a lápiz de la ermita de las Mercedes de Bollullos, que fue publicado en la revista de la Coronación Canónica de la Virgen. Tuvo amigos que le apoyaron incondicionalmente en la difícil tarea de abrirse camino en el mercado del arte. No puedo recordarlos a todos, pero nadie como Romualdo León Mora (primo de Monís Mora) y su familia. El retrato de sus hijas, Isabelita y Mari, fue un éxito en la exposición de primavera del Ateneo de Sevilla, en 1948. Hacia 1954 pintó la bóveda de la capilla de San José, de la parroquia de Bollullos. De enero a mayo de 1961, por encargo de don Luis Espinosa, realizó las pinturas del Palacio de las Rocinas. Dos techos de 12 x 6 m., los del salón de fiestas y el comedor. La aparición de la Virgen del Rocío y dos murales religiosos, en la capilla. Otro cristal con un ciervo en el ventanal de la escalera de subida, realizado por la técnica del óleo por transparencias, con siena tostada. Temas de Rubens, la Creación de Miguel Ángel, cuerno de la abundancia. A don Luis Espinosa, que había estado de cacería en África, le pintó animales de fauna africana. Tuvo clientes en Suecia y en Portugal. Para Louis Lindgrem, ingeniero de Fallum (Suecia), pintó muchas cosas en óleo sobre papel, por el año 1961. Entre 1973 y 1976 envió cuadros para Portugal, para una galería de arte en Valle del Lobo, Argentil. Pinta sin descanso para la casa Pueyo, de Sevilla, que adquiere toda su producción. Imposible recordar sus innumerables obras. Traigamos a la memoria, al menos, los asuntos que salen de su paleta: bodegones, floreros, paisajes, retratos y estampas costumbristas, de ambiente rociero, sevillanas, fiestas, flamencos, gitanas, etc. No se ha prodigado en el tema religioso, aunque hizo unos intentos muy acertados de crear espacios y perspectivas inéditas en escenas del Evangelio -Ecce Homo en el pretorio, Entierro de Cristo, Asunción-, experimentando una veta que luego no continuó. Por encargos, ha copiado Inmaculadas y otras obras de Murillo, sin perder la personalidad de su pincelada. Con gran acierto ha realizado “retratos” de imágenes tan veneradas como Virgen del Rocío, la Virgen de las Mercedes, la Macarena, la Esperanza de Triana, el Gran Poder o el Cachorro. El retrato de personas (prefiero no enumerarlas) lo consigue admirablemente, otorgando frescura y vitalidad a sus modelos, de un parecido asombroso. No es un arte pretencioso ni en sus formas ni en su contenido. Es como una música de guitarra que no necesita letra. Su arte es el descubrimiento y la transmisión de la pura, bella y sencilla realidad, ennoblecida por el buen gusto, interpretada por una sensibilidad directa, ajena a planteamientos de escuela o de tendencias intelectuales. Lo más notable de su personal estilo es el dibujo, muy seguro, muy sólido, aunque después lo envuelva en brumas y desenfoques. Las figuras, con levísimas pinceladas, que no pasan de insinuaciones, quedan perfectamente delineadas y ubicadas en el espacio. Y, aunque parezca contradictorio, desdibuja continuamente con pincelada suelta, para crear un ambiente vaporoso, impresionista. Pienso, no obstante, que hunde más sus raíces en el mejor Murillo de su última época y en Goya que en los franceses de fines del XIX. No es muy colorista: se mueve con comodidad en una paleta cromática sobria y reducida, en la que predominan los blancos, sienas y ocres. Quizás por eso destacan más las manchas de color de los bodegones de frutas y flores. Los temas del Rocío supusieron para él un avance importante para la personalización de su estilo, refrescaron la paleta y dieron movimiento a su pintura. Aunque no ha frecuentado los circuitos artísticos, cuenta en su haber con no pocas exposiciones, que enumero por encima, esperando poder completar la relación y concretar los años. En Bollullos del Condado ha presentado varias exposiciones, desde aquella primera del Círculo de Labradores en el año 48, hasta las más recientes: la de bodegones de uvas y frutas, de septiembre de 1994, o la antológica de este año 2002. En La Palma, en la Caja San Fernando. En Huelva y Gibraleón, en 1964, con Enrique Monís Mora. En Cáceres, dos exposiciones, en el Colegio Oficial de Médicos. En Sevilla, varias asistencias a las exposiciones de primavera del Pabellón Mudéjar, con opción al premio Murillo (1948), en el Ateneo (1963), en el Banco Occidental (1982/83), en el Círculo Mercantil. En Málaga (1973), en Madrid (1974/75).
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4.000 €

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98 - FERNANDO FERREIRA 135502

Obra CERTIFICADA y lista para colgar.
Medidas sin marco 81 x 65 cms.
Óleo sobre lienzo.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Fernando Ferreira nació en Bollullos del Condado el 8 de marzo de 1925, hijo de José Carrasco Salas y Matilde Ferreira Ramos, el octavo de ocho hermanos: Joaquín, Antonio, Manolo (mi padre), dos hermanas que murieron pequeñas, Juan, Fernando y Joselito (padre de Matilde, otra gran pintora). En el colegio, en 1937, llamaba la atención que, en vez de ilustrar los trabajos con recortes, los presentaba con dibujos propios. El maestro, Enrique Sicilia Sancho, se lo comentó al escultor y tallista de Bollullos, Antonio Delgado Jiménez, quien a su vez lo puso en relación con Félix Lacárcel, que a la sazón se encontraba en Bollullos restaurando unos cuadros que habían adquirido Jerónimo y Adulfo Neble. Tenía quince años cuando Félix Lacárcel le preparó en su estudio para ingresar en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, que se reorganizaba en 1940. Practicó copiando esculturas del Museo Arqueológico y de la Glorieta de Bécquer. En una ocasión se le acercó Juan Lafita, y le preguntó, en broma, si era “Gitanillo de Triana”, por su tez morena y el pelo ondulado. Le encantaron sus dibujos. En septiembre de 1941 ingresó en la Escuela de Bellas Artes, con Juan Antonio Rodríguez, Calvo Carrión, Moreno Galván, Juan Talavera, Maireles, Rosario Fernández, Loli Sánchez, José Trueba y otros más. En el curso 1946-47 hizo el campamento militar en Ronda. Fue destinado luego como alférez de complemento a Ferrol. Allí hizo una exposición en el Casino Ferrolano y en la Asociación de Artistas de La Coruña. En el estudio de Manuel Pérez de Arévalo pintó muchos retratos, sobre todo de familiares de militares y marinos, como las hijas del capitán Cardona. Recuerda alguna de sus primeras obras. De 1948 es el apunte a lápiz de la ermita de las Mercedes de Bollullos, que fue publicado en la revista de la Coronación Canónica de la Virgen. Tuvo amigos que le apoyaron incondicionalmente en la difícil tarea de abrirse camino en el mercado del arte. No puedo recordarlos a todos, pero nadie como Romualdo León Mora (primo de Monís Mora) y su familia. El retrato de sus hijas, Isabelita y Mari, fue un éxito en la exposición de primavera del Ateneo de Sevilla, en 1948. Hacia 1954 pintó la bóveda de la capilla de San José, de la parroquia de Bollullos. De enero a mayo de 1961, por encargo de don Luis Espinosa, realizó las pinturas del Palacio de las Rocinas. Dos techos de 12 x 6 m., los del salón de fiestas y el comedor. La aparición de la Virgen del Rocío y dos murales religiosos, en la capilla. Otro cristal con un ciervo en el ventanal de la escalera de subida, realizado por la técnica del óleo por transparencias, con siena tostada. Temas de Rubens, la Creación de Miguel Ángel, cuerno de la abundancia. A don Luis Espinosa, que había estado de cacería en África, le pintó animales de fauna africana. Tuvo clientes en Suecia y en Portugal. Para Louis Lindgrem, ingeniero de Fallum (Suecia), pintó muchas cosas en óleo sobre papel, por el año 1961. Entre 1973 y 1976 envió cuadros para Portugal, para una galería de arte en Valle del Lobo, Argentil. Pinta sin descanso para la casa Pueyo, de Sevilla, que adquiere toda su producción. Imposible recordar sus innumerables obras. Traigamos a la memoria, al menos, los asuntos que salen de su paleta: bodegones, floreros, paisajes, retratos y estampas costumbristas, de ambiente rociero, sevillanas, fiestas, flamencos, gitanas, etc. No se ha prodigado en el tema religioso, aunque hizo unos intentos muy acertados de crear espacios y perspectivas inéditas en escenas del Evangelio -Ecce Homo en el pretorio, Entierro de Cristo, Asunción-, experimentando una veta que luego no continuó. Por encargos, ha copiado Inmaculadas y otras obras de Murillo, sin perder la personalidad de su pincelada. Con gran acierto ha realizado “retratos” de imágenes tan veneradas como Virgen del Rocío, la Virgen de las Mercedes, la Macarena, la Esperanza de Triana, el Gran Poder o el Cachorro. El retrato de personas (prefiero no enumerarlas) lo consigue admirablemente, otorgando frescura y vitalidad a sus modelos, de un parecido asombroso. No es un arte pretencioso ni en sus formas ni en su contenido. Es como una música de guitarra que no necesita letra. Su arte es el descubrimiento y la transmisión de la pura, bella y sencilla realidad, ennoblecida por el buen gusto, interpretada por una sensibilidad directa, ajena a planteamientos de escuela o de tendencias intelectuales. Lo más notable de su personal estilo es el dibujo, muy seguro, muy sólido, aunque después lo envuelva en brumas y desenfoques. Las figuras, con levísimas pinceladas, que no pasan de insinuaciones, quedan perfectamente delineadas y ubicadas en el espacio. Y, aunque parezca contradictorio, desdibuja continuamente con pincelada suelta, para crear un ambiente vaporoso, impresionista. Pienso, no obstante, que hunde más sus raíces en el mejor Murillo de su última época y en Goya que en los franceses de fines del XIX. No es muy colorista: se mueve con comodidad en una paleta cromática sobria y reducida, en la que predominan los blancos, sienas y ocres. Quizás por eso destacan más las manchas de color de los bodegones de frutas y flores. Los temas del Rocío supusieron para él un avance importante para la personalización de su estilo, refrescaron la paleta y dieron movimiento a su pintura. Aunque no ha frecuentado los circuitos artísticos, cuenta en su haber con no pocas exposiciones, que enumero por encima, esperando poder completar la relación y concretar los años. En Bollullos del Condado ha presentado varias exposiciones, desde aquella primera del Círculo de Labradores en el año 48, hasta las más recientes: la de bodegones de uvas y frutas, de septiembre de 1994, o la antológica de este año 2002. En La Palma, en la Caja San Fernando. En Huelva y Gibraleón, en 1964, con Enrique Monís Mora. En Cáceres, dos exposiciones, en el Colegio Oficial de Médicos. En Sevilla, varias asistencias a las exposiciones de primavera del Pabellón Mudéjar, con opción al premio Murillo (1948), en el Ateneo (1963), en el Banco Occidental (1982/83), en el Círculo Mercantil. En Málaga (1973), en Madrid (1974/75).
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Sale price: 4.000 €

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103 - JESUS FERNANDEZ : CENTRO DE JARDIN 144060

Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro..

Sale price

350 €

Consult

103 - JESUS FERNANDEZ : CENTRO DE JARDIN 144060

Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro..

Sale price: 350 €

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114 - JESUS FERNANDEZ. Flores. Ref. 144765

Obra con CERTIFICADO DE GARANTIA y lista para colgar.
Medidas sin marco27 x 22 cms. Oleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
JESUS FERNANDEZ
 
Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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190 €

Retired

114 - JESUS FERNANDEZ. Flores. Ref. 144765

Obra con CERTIFICADO DE GARANTIA y lista para colgar.
Medidas sin marco27 x 22 cms. Oleo sobre tabla.
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
JESUS FERNANDEZ
 
Si tenemos que proponer un adjetivo que defina la pintura de Jesús Fernández podríamos decir, sin miedo a equivocarnos, que éste es la sinceridad, la autenticidad que emana de sus trazos y de su mirada sobre un paisaje urbano tratado con mimo, sobre unos patios andaluces bañados por el sol, siempre vistos como remansos de paz, como lugares que permaneceran en nuestra memoria mucho después de haberlos dejado de contemplar. Si queremos ir mucho más allá en nuestra valoración, lo que vemos al observar una pintura suya es el espíritu del sur, con una mirada limpia y serena que situa en su justo lugar aquello que ve y siente. Con una técnica impecable y un dibujo esmerado es capaz de interpretar hermosos paisajes urbanos y sumergirnos en la nostalgia de lo antiguo, como apreciamos en sus puertas y portones, donde nos muestra la belleza nostálgica de los objetos que el paso del tiempo ha convertido en historia. Y sobre todo nos sorprende la luz, una luz imposible de olvidar, una luz que inunda nuestro espíritu, porque si algo ha conseguido J. Fernández con su pintura es atrapar la luz, la luz del sur. Elvira R. Laso Jesús Fernández es uno de esos pintores que llegan al público inmediatamente. Sin pretensiones, con una sinceridad directa y limpia. Su pintura mueve y conmueve enseguida. Sus naturalezas muertas vivifican. Sus bodegones detienen la mirada del corazón. Sus callecitas andaluzas soleadas, en las que la luz se puebla toda lujuriosa y lúcida, de geranios, abren de par en par las puertas de los ojos íntimos al encantamiento. Jesús Fernández posee una decidida vocación de artista impenitente. En sus óleos la felicidad se derrama absoluta. Va a donde quiere llegar. Y es puntual con el solo, como el sol, con las frutas, como la belleza y la armonía. Valentín Arteaga Es interesante contemplar las obras de este joven pintor sevillano y apreciar sus excelentes paisajes, así como sus estupendos bodegones de naturalezas muertas de un estilo tradicional y clásico puro. Visto de esta sencilla manera, la reflexión que nos puede plantear la pintura de Jesús Fernández, es eso de que el arte es otra cosa que lo superficialmente mimético, como se observa en sus óleos. El pulso del dibujo que recorre su variada escenografía del ser humano, del paisaje, la resonancia - es la luz - que transciende sus composiciones, el tiempo en que quedan detenidas, plasmadas, todo ello manifiesta la legítima conciencia plástica de que está poseído el autor. Observando sus pinturas se adivina un aprendizaje callado, una búsqueda larga, antes de encontrar el camino hacia la realidad, para dar testimonio de ella. A través de sus obras percibimos el minucioso y casi detallista trabajado renacer de un entorno que lo aproxima a lo que precisamente la moda ha bautizado como “hiperrealismo”. E. Alvarado Jesús Fernández Romero pinta en un sentido directo, clásico. Con un dibujo perfecto en el que destacan sobre todo sus bodegones, en los que rinde culto al detalle y busca la perfección realista, mostrándose igualmente un paisajista de notorias cualidades. Una pintura totalmente figurativa que tanto gusta al público. De ahí el éxito que han tenido en distintas exposiciones, individuales y colectivas, las colecciones de óleos de este pintor, que puede y debe decir algo más en el futuro.
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118 - JOSE ANTONIO BORRAS 145589

Obra original, CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 21 x 28 cms.
Acuarela
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
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Como autodidacta, en la adolescencia, ha participado en certámenes de dibujo, habiendo obtenido, en ocasiones, algunos diplomas y premios. Ha realizado trabajos de restauración de figuras de Belén en mi colegio. En 1986-87 le fue encargado pintar el escudo de la Hermandad de la Divina Pastora de Capuchinos de Sevilla. En 1999 tuvo el privilegio y el honor de ser elegido por la Hermandad de la Virgen del Rocío de Villamanrique de la Condesa (Sevilla) para pintar al óleo, la imagen de la Virgen, que luce el nuevo Estandarte que se confeccionó para la Hermandad. Seguidamente y hasta la actualidad le vienen siendo encargadas obras de la imagen de la Virgen, inspiradas en aquella destinada al Estandarte, y concretamente algunas de estas pinturas conformaron las portadas de algunos Boletines informativos que edita anualmente la hermandad de Villamanrique. En 2000, recibió el encargo para pintar la Virgen de los Ángeles, de Alajar (Huelva), también con destino a un nuevo Estandarte confeccionado para esta Hermandad. Ha participado en certámenes de pintura convocado por el Ayuntamiento de Almonte (Huelva), habiendo sido su obra seleccionada para incluir en catálogo.. Ha participado en varios concursos de pintura convocados por el Ayuntamiento de Gibraleón (Huelva), y en 1997 obtuvo el primer premio , con la obra “QUERUBINES”, en acrílico. Ha concursado en otros certámenes organizados por Contsa, y otros organismos como Focus, Grúas Lozano. Ha realizado dibujos y trabajos de diseño y cartelería, para la empresa Mundomedia, dedicada al ocio y tiempo libre. Ha llevado a cabo dibujos y bocetos de motivos andaluces para su inserción en mantones de Manila y abanicos. En el 2007 le encargaron el cartel de la Virgen de Cuatrovitas de Bollullos de la Imitación con motivo del 50 aniversario de su patronazgo. En 2010 , realizó dibujos para sketches para obra teatral. Ha colaborado con diversas pinturas, en Asociaciones como “Noches del Baratillo” y “ Mujeres entre mundos”. Ha donado pintura a Villamanrique de la Condesa, representando las fiestas mayores y Rocieras. Tiene distribuidas algunas obras en determinadas casas de arte y decoración en Sevilla.
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90 €

Consult

118 - JOSE ANTONIO BORRAS 145589

Obra original, CERTIFICADA y lista para colgar.
Médidas sin marco 21 x 28 cms.
Acuarela
Marco en madera decorado.
Magnifico estado.
 
Embalaje profesional.
Número de seguimiento para su control.
 
 
Como autodidacta, en la adolescencia, ha participado en certámenes de dibujo, habiendo obtenido, en ocasiones, algunos diplomas y premios. Ha realizado trabajos de restauración de figuras de Belén en mi colegio. En 1986-87 le fue encargado pintar el escudo de la Hermandad de la Divina Pastora de Capuchinos de Sevilla. En 1999 tuvo el privilegio y el honor de ser elegido por la Hermandad de la Virgen del Rocío de Villamanrique de la Condesa (Sevilla) para pintar al óleo, la imagen de la Virgen, que luce el nuevo Estandarte que se confeccionó para la Hermandad. Seguidamente y hasta la actualidad le vienen siendo encargadas obras de la imagen de la Virgen, inspiradas en aquella destinada al Estandarte, y concretamente algunas de estas pinturas conformaron las portadas de algunos Boletines informativos que edita anualmente la hermandad de Villamanrique. En 2000, recibió el encargo para pintar la Virgen de los Ángeles, de Alajar (Huelva), también con destino a un nuevo Estandarte confeccionado para esta Hermandad. Ha participado en certámenes de pintura convocado por el Ayuntamiento de Almonte (Huelva), habiendo sido su obra seleccionada para incluir en catálogo.. Ha participado en varios concursos de pintura convocados por el Ayuntamiento de Gibraleón (Huelva), y en 1997 obtuvo el primer premio , con la obra “QUERUBINES”, en acrílico. Ha concursado en otros certámenes organizados por Contsa, y otros organismos como Focus, Grúas Lozano. Ha realizado dibujos y trabajos de diseño y cartelería, para la empresa Mundomedia, dedicada al ocio y tiempo libre. Ha llevado a cabo dibujos y bocetos de motivos andaluces para su inserción en mantones de Manila y abanicos. En el 2007 le encargaron el cartel de la Virgen de Cuatrovitas de Bollullos de la Imitación con motivo del 50 aniversario de su patronazgo. En 2010 , realizó dibujos para sketches para obra teatral. Ha colaborado con diversas pinturas, en Asociaciones como “Noches del Baratillo” y “ Mujeres entre mundos”. Ha donado pintura a Villamanrique de la Condesa, representando las fiestas mayores y Rocieras. Tiene distribuidas algunas obras en determinadas casas de arte y decoración en Sevilla.
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